Apuntes sobre el fin del maximato de JML
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jesusrojasriver@gmail.com
Ayer tuve el honor de comentar el libro del Dr. Arturo Santamaría, a quien considero una de las mentes más lúcidas en la academia sinaloense. Un hombre que aporta mucho valor público desde sus investigaciones en el ámbito de las Ciencias Sociales. Nos reunimos por invitación del Alcalde Manuel Antonio Pineda Domínguez en El Rosario, tierra del personaje central de la obra del Dr. Santamaría, me refiero al ex Gobernador Juan Millán Lizárraga.
Pareciera contradictorio hablar de diversificación del poder en la presentación de un libro de Juan Millán, un hombre que a razón de los supuestos concentró tanto poder que se volvió uno de los gobernadores más poderosos de México.
Pareciera un abusivo acto de provocación hablar de democracia y las nuevas formas de entender lo público, en la presentación del libro de aquél que ha pretendido ser juzgado como uno de los políticos más retrogradas para el ideario democrático sinaloense.
Pero justo para esos están los libros, para poner las cosas claras, para recordar y dar testimonio de aquellas partes de la historia que se olvidan o recuerdan según se tenga interés. Miguel de León Portilla, tal vez uno de los historiadores más grandes que México ha regalado a la ciencia que estudia el pasado y sus consecuencias, nos dijo en una cátedra en la Universidad de Guadalajara, mi alma mater, que: “escribir la historia antigua es mucho más fácil que la historia moderna”.
Porque cuando se habla de Moctezuma rey, Hernán de Cortez o Nuño Beltrán se puede tomar distancia más fácil que cuando se habla de los actores que están vivos, que influyen y ejercen el poder. Y aquí es donde la obra del Dr. Santamaría comienza a tomar una dimensión de texto histórico, que se basa en la entrevista directa con el ex Gobernador Juan Millán Lizárraga, pero se contrasta con una serie de artículos que el propio autor escribió en diversos espacios, uno de ellos el periódico Noroeste donde, tengo el honor de compartir planas.
El libro no es un homenaje al personaje, mucho menos una obra para la reivindicación del nombre. El libro es un recurso histórico que sirve para entender en sus múltiples y complejas formas a un político.
Decía que los libros y la ciencia nos ayudan a poner en claro algunas distorsiones que mañosamente la memoria nos juega en contrario. La voz pública no siempre camina de lado de la razón, principalmente cuando se habla de tomadores de decisión que viven y que son sujetos de los juicios del presente.
Pocos en mi generación y las que vienen detrás saben por ejemplo que Juan Millán impulsó la primera ley de transparencia en México y que fue Sinaloa pionero en la materia. Y sentó las bases para la creación de un órgano garante que velara por el derecho al acceso a la información cuando ese tema no era el tema la agenda.
Lo más importante fueron las conclusiones del encuentro en Rosario, donde estuvo presente su hijo Juan Ernesto Millán. El Dr. Santamaría no duda en afirmar que Juan Millán será un factor de decisión en el proceso electoral venidero. Que si bien no definirá el rumbo de la política sinaloense, sí será un factor a considerar en la toma de decisiones.
Aceptado la tesis, el excepcional libro de Arturo se tendría que reeditar, para añadir entonces un capítulo más sobre el rol de juego de aquellos que se agrupan en torno al ex gobernador, vivo y vigente en la política sinaloense. Todos los días, en el Mar & Sea hay pasarela, circulan para saludar al ex Gobernador que atiende en la mesa más visible del restaurante favorito de Andrés Manuel López Obrador. Cerré la tarde con una idea que provocó reacciones: Millán no puede hacerte ganar una elección, pero puede garantizar que la pierdas. Si hay alguna duda, habría que preguntarle a Chuy Vizcarra. Luego le seguimos...