Apremios de un Gobierno enfermo. Sinaloa los necesita sanos y pronto
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La primera reacción ciudadana ante la noticia de que una parte importante de los secretarios del Gabinete de Quirino Ordaz Coppel reporta contagios por coronavirus, es el deseo de que éstos superen la enfermedad y se sumen a los pacientes que han salido triunfantes de los hospitales. Pero enseguida, a la velocidad de la luz, se instala en la opinión pública la preocupación de que un gobierno convaleciente pudiera retrasar el retorno de Sinaloa a la normalidad económica y social.
Aparte de que el sistema estatal de salud funcione a la perfección, la emergencia en curso requiere que toda la administración pública opere ágil, más rápido que en condiciones ordinarias, en respuesta a las tantas necesidades que detonan porque la gente entra en crisis de ansiedad al ver amenazada sus familias, oportunidades, integridades y hasta la vida misma. El ritmo habitual de la existencia se transforma en el bravo torrente de las incertidumbres.
Sin dejar de lado la prioridad de atender a las víctimas del Covid-19 y al ejército de médicos, enfermeras y trabajadores de la salud que están en primera línea de la batalla contra el virus de Wuhan, a las autoridades les corresponde mantenerse ilesas para la adecuada dirección y coordinación del auxilio. La expedites de los recursos económicos, infraestructura hospitalaria, acciones de prevención y toda la cosa pública depende de la sana funcionalidad del Estado.
En voz baja, sin propiciar mucho ruido en torno a la circunstancia, se enumera a 12 colaboradores del gobierno de Ordaz Coppel en modo de infectados de Sars Cov-2. Entre ellos está el Secretario de Educación Pública y Cultura, Juan Alfonso Mejía, mientras el sistema de enseñanza experimenta con el modelo pedagógico a distancia precisamente en cierre del ciclo lectivo 2019-2020 que en sí es complicado, no se diga en la contingencia presente.
Otro de los que enfrentan la todavía alta capacidad de propagación del coronavirus es el Secretario de Turismo, Óscar Pérez Barros, en momentos en que la llamada industria sin chimeneas entra al segundo mes del cierre de actividades y procede a demandar el plan de salida con los apoyos para sortear la crisis que vendrá rauda en las semanas próximas. La exasperación está llevando a los empresarios a tomar decisiones peligrosas, como la apertura de restaurantes el domingo 10 de mayo.
También fue contagiado de Covid-19 el Secretario de Administración y Finanzas, Luis Alberto de la Vega, a quien los sectores económicos quieren ver al frente de las labores de recuperación de negocios, empleos y planta productiva en general. Por cierto, en la primera Mesa del Diálogo del Acuerdo por Sinaloa ante el Covid-19, realizada el miércoles, los asistentes pidieron que en la próxima participen los titulares de la SAF y de Turismo.
Además está en recuperación el Secretario de Innovación Gubernamental, José de Jesús Gálvez Cázares, responsable de la estrategia tecnológica-digital para que sea concentrada y derivada la información relacionada con la pandemia, así como la posibilidad de que los ciudadanos realicen desde sus casas los trámites en las ventanillas electrónicas disponibles. En manos de él está el conocimiento de la realidad estadística y la organización de la respuesta oficial.
No se diga de la importancia que en el contexto de la emergencia tiene el director general de Protección Civil, Francisco Vega Meza, que fue de los primeros integrantes del Gobierno del Estado en dar positivo a la prueba Covid-19. Impensable que esta área cardinal de resguardo a los sinaloenses presente alguna disminución en sus labores por el hecho de que quien la dirige es parte de los contagiados.
Es casi seguro que estos cinco funcionarios de primer nivel, más otros siete de la estructura gubernamental, están operando a distancia al tratarse en la mayoría de pacientes ambulatorios, que reciben los tratamientos en aislamiento domiciliario. O podría ser que los segundos al mando sean capaces y estén dispuestos para suplir a los titulares sin ninguna posibilidad de que el esfuerzo disminuya.
De cualquier forma, con la afectación a un importante segmento del Gobierno de Sinaloa, el coronavirus impone el doble reto de enfrentar al agente infeccioso y mantener andando al mismo tiempo la maquinaria administrativa estatal, así se traben uno o más de los engranajes vitales del aparato público. Por eso la sociedad sinaloense desea que los secretarios contagiados se recuperen y que libren pronto al virus porque la trinchera que les toca a ellos debe estar ininterrumpidamente en vigilia.
De por qué enfermaron, ya sea por no adoptar las adecuadas medidas de protección o porque la responsabilidad pública les significaba inevitable contagio, será tema a dirimir cuando las condiciones lo permitan. Hoy, con ellos en recuperación o en modo de home office, lo urgente es ganarle esta batalla al Sars Cov-2 y armar la mejor estrategia para encarrilar a Sinaloa hacia la etapa poscoronavirus.
Reverso
No leyeron en el contrato,
Las cláusulas en letras chiquitas,
Que previniera el mal rato,
De enfermar por causas fortuitas.
Madre: sólo hay una
Sólo hay una posibilidad, madres sinaloenses, de que este 10 de mayo se ayuden y apoyen a los demás a salir bien de la pandemia de Covid-19. Es quedarse en casa, inclusive renunciando al abrazo de los hijos y nietos para darle su lugar al amor por la vida. Si abren los restaurantes, no vayan; si hay que prescindir de la visita a las que ya se fueron, vale la pena por el bien de todos. De cualquier forma pronto saldremos de ésta y regresarán los días para agradecerles de enero a diciembre lo que hacen y reconocerles lo enorme que son.