Apagones en Sinaloa: no acostumbrarnos
Rocha Moya, al frente de los inconformes

Alejandro Sicairos
23 julio 2024

Por sí solos, ni la Comisión Federal de Electricidad, Gobierno del Estado y Ayuntamientos tendrían capacidad de respuesta para atender los requerimientos del fluido sin interrupciones en Sinaloa pues el reto, tal como deriva de los datos que expuso Enrique Vargas, Superintendente de Distribución de la compañía paraestatal en Culiacán, está en la modernización de la red de generación y suministro que hoy absorbe el mayor esfuerzo en mantenimiento y reparación. A la infraestructura física de la CFE le pasa lo mismo que al sistema de abastecimiento de agua potable y recolección de aguas negras: parches por doquier que postergan colapsos mayores.

Sin embargo, es la primera ocasión que un Gobernador, como lo hace Rubén Rocha Moya, se sube al tema de las deficiencias en la disposición de electricidad por los sinaloenses, poniéndole la supervisión directa para que los problemas que surjan sean mitigados lo más pronto posible. Es la única forma en que la CFE multiplique la posibilidad de reacción ante los apagones, inclusive vaya más rápido que la inconformidad de los usuarios cuando se les va la luz.

Insistimos en que la diversificación en la producción de energía tendrá que ser tarde o temprano el complemento a la solución. Las alternativas solar y eólica han de explorarse sobre todo en emergencias como la presente sequía que amenaza con paralizar las hidroeléctricas por los bajos embalses de las presas, y las termoeléctricas ocasionan un grave costo por el efecto invernadero que las vuelve cada vez menos viables.

La tendencia a las energías limpias es un desafío para el gobierno de Rocha, quizá de mayor trascendencia que las gestiones de atención a anomalías que se dan por el actual modelo anquilosado para la generación de electricidad suficiente y pertinente. El informe presentado por la CFE en La Semanera de ayer no deja lugar a dudas de la magnitud del trabajo que se realiza para que la gente mantenga encendidos sus aires acondicionados, refrigeradores y focos.

Para calcular el tamaño de la intervención que la paraestatal implementa en aras de mantener la funcionalidad del sistema eléctrico, basta con conocer las casi 50 mil acciones de mantenimiento durante 2024 en lo que corresponde a Culiacán, y únicamente para facilitar el cotejo en municipios pequeños como Badiraguato tales trabajos ascienden a 3 mil 359 y 6 mil 223 en Cosalá. Entonces partiendo de la base de lo que significa atender a 1 millón 250 mil 574 usuarios, 20 mil 503 kilómetros de línea de media tensión y 1 mil 892 de alta tensión, sí hay que reconocer la tarea para mantener a la gente con electricidad.

La CFE tiene un fuerte problema a su cargo y este trasmuta a complicación social que de aquí a diez años habría de tornarse inmanejable en caso de no empalmarse las estrategias de atenuación de apagones con las acciones de modernización de la infraestructura de generación y distribución de electricidad. Por ahora funciona que un tramo averiado sea reparado y al día siguiente otro, y así sucesivamente aunque ello equivale a pretender curar con aspirinas a quien sufre alguna enfermedad terminal. Y es en este punto donde la supervisión directa del Gobernador Rocha puede lograr que los apagones, que sin duda seguirán, sean por menor tiempo y de moderada afectación en cuanto al número de hogares, mientras simultáneamente va por las soluciones de gran calado.

Por más que se trate de un reto para la CFE lo es también y sobre todo para Sinaloa y los municipios ya que las inconformidades que implosionan por las fallas en el servicio son de momento atendibles, pero serán menos manejables cuando se multipliquen las declaratorias de estado operativo de emergencia del Sistema Interconectado Nacional, que en este momento funciona en permanente situación de alerta. Por lo pronto hemos salido bien librados en las veces que el Centro Nacional de Control de Energía se ha visto en la necesidad de racionar la electricidad, lo cual no sucede así en otras zonas del País.

Hemos sostenido que la segunda mitad del sexenio de Rocha Moya en la titularidad del Ejecutivo Estatal será sin duda de mayores y mejores resultados para los sinaloenses. ¿He aquí una evidencia? Antes los liderazgos ciudadanos como el de Mercedes Murillo de Esquer y José Luis López Duarte, entre otros, procedían a plantones y tomas de instalaciones para que la CFE cejara en los abusos contra la gente de menores posibilidades económicas, y ahora es el mismo Mandatario quien ofrece estar muy al pendiente, interactuando con la paraestatal “para que no dejen de atender con la oportunidad debida”.

Es correcto. Lejos de acostumbrarnos a los apagones y verlos como una calamidad más a soportar, retomemos la esperanza de que después de la actitud de gobernadores omisos, el gobierno de Rocha transite al acompañamiento de una demanda popular que a los 40 o más grados centígrados de buenas a primeras le enciende los ánimos a cualquiera.

Que Bartlett si se cree valiente,

Venga a Sinaloa también,

Y sepa que la gente se siente,

Como mojarras en la sartén.

Los enfrentamientos entre civiles, o entre la fuerza pública y sicarios del narco, dan cuenta del sobrecalentamiento de la zona serrana de Badiraguato donde antes Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”, mantenía niveles aceptables de seguridad para la cuna emblemática de su organización criminal, con beneficios de refilón para los pobladores de dicha región. ¿Se ha desatado la rivalidad al interior del Cártel de Sinaloa anunciando la madre de todas las batallas por el control de los territorios del fentanilo? ¿Existe la efectiva barrera militar policiaca que evite que tal violencia baje a las principales ciudades sinaloenses?

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