Alivia PRI la fiebre de sus pretensos. Candidaturas, cuando la Covid ceda
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alexsicairos@hotmail.com
Está tomada la decisión de que el Partido Revolucionario Institucional aguantará hasta el límite de los tiempos formales los procesos internos para designar candidatos a Gobernador, alcaldes, y diputados locales y federales, y que los ansiosos servidores públicos y personajes priistas esperen a que sea controlada en Sinaloa la emergencia sanitaria por el Covid-19 para conocer el desenlace de sus aspiraciones. Mientras llega ese día será responsabilidad de cada aspirante si se salva o desahucia en la calentura que les provoca otro virus, el del futurismo.
La presente emergencia de salud pública es utilizada como criba en el PRI, aunque también como el examen final en la materia de compromiso social para al menos cuatro secretarios del Gabinete, el jefe de la bancada tricolor en el Congreso del Estado y el dirigente priista estatal. El sinodal, por supuesto, será Quirino Ordaz Coppel, que está en la inmejorable circunstancia de decidir sin intromisiones quiénes serán los candidatos de su partido.
Tal lógica va en dos sentidos: uno es que las proyecciones de los expertos en comportamiento de males endémicos estiman que a finales de este mes mostrará descensos sostenidos la curva de propagación del coronavirus y para finales del año, octubre y noviembre, podría tocar piso. El otro cálculo señala que la nominación de candidaturas puede aplazarse hasta enero, después de que el Congreso del Estado aprobó aplazar hasta el 15 de diciembre la publicación de la convocatoria a elecciones, que estaba prevista para el mes de septiembre.
Con los 90 días de postergación de la convocatoria se les quita presión a los partidos y sus factótums e inhiben los aceleramientos que se les estaban saliendo de control. No obstante, son el Gobernador y los Alcaldes los que tendrán un poco más de oxígeno antes de que la atmósfera política los sofoque en la arcaica costumbre de “el rey ha muerto, viva el rey” que domina en los últimos días de los períodos de gobierno.
Bendito para estas cuestiones sucesorias, el coronavirus ayuda a que partidos como el Movimiento Regeneración Nacional, que carecen de estructura directiva y territorial en Sinaloa, ganen tiempo para armar la estrategia con la que irán a la elección local y la intermedia federal. Designada a finales de mayo como delegada estatal de Morena, a Carol Berenice Arriaga le resultaba imposible organizar en cuatro meses la participación de la 4T en los próximos comicios.
Pero la decisión del PRI de correr al ras de los tiempos legales la definición de candidatos significa el riesgo de que tomen ventaja los pretensos de otros partidos que, obvio, forzarán los plazos. Ya los están violentando aspirantes como Rubén Rocha Moya, Gerardo Vargas Landeros, Héctor Melesio Cuén Ojeda, Luis Guillermo Benítez Torres e inclusive el priista Sergio Torres Félix, que les apuestan más a los madruguetes que a las formalidades.
Esto quiere decir que mientras el Revolucionario Institucional les detiene la carrera sucesoria a los secretarios Sergio Torres, de Pesca; Ricardo Madrid, de Sedesol; Juan Alfonso Mejía, de Educación, y Carlos Gandarilla García, de Desarrollo Sustentable; al igual que a Jesús Valdés Palazuelos, dirigente priista estatal, y Sergio Jacobo Gutiérrez, líder del grupo parlamentario del PRI en el Congreso, otros proyectos políticos ya se deslizan sin sonrojos en el tobogán del oportunismo.
Hemos insistido en este espacio de que la pandemia del SARS-CoV-2 es cada día más el terreno fértil para que los pretensos se acerquen a segmentos electorales cuyo desamparo los hace voltear a todos lados para ver de dónde les caen los apoyos. Por ejemplo, la entrega de despensas, ese abominable método de lucrar con la necesidad de los más pobres, tiende a justificarse hoy debido al impacto del virus en la economía y la certera devastación del sustento familiar.
A nadie se le puede acusar, menos demostrar, que al arrimarle ayuda alimentaria a un hogar lo haga con la manifiesta intencionalidad de la seducción política. Desde el 24 de mayo el Instituto Nacional Electoral les avisó a los servidores públicos que realizan clientelismo electoral con el Covid-19 que incurren en acciones ilegales que ponen en riesgo el sistema democrático. En esa misma fecha, la Unidad Técnica de lo Contencioso Electoral empezó a investigar y el único caso en que determinó medidas cautelares en Sinaloa es el de Eleno Flores Gámez, diputado local del Partido del Trabajo.
El hecho es que todos los partidos están jugando en la cancha de la solidaridad hacia los más vulnerables ante la pandemia. En caso de que el INE determinara que atentan contra los principios de imparcialidad y legalidad, los beneficiarios alegarán en derecho propio que les importa poco si son o no actos anticipados de campaña porque lo esencial es que los víveres y materiales les llegan cuando más los necesitan.
En conclusión, la determinación del PRI de atajar a sus candidatos que comen ansias por postularse a los cargos de elección que se definirán el 6 de junio de 2021, no significa que los neutralice en el activismo que registran en la contingencia de salud pública. Lo que está en pausa es la “bendición” que les llegará desde el tercer piso del palacio de gobierno, pero de eso a que se paralicen hay una diferencia enorme.
Reverso
Hoy, con el mañana ignoto,
De no saber qué comerán,
Todos tomen lo que les dan,
Pero no paguen con el voto.
Domesticar la mentira
Del coronavirus en Sinaloa existe una realidad real, aquella no expresada en los informes oficiales, que habla de hospitales públicos y privados saturados, alta demanda de servicios de imagenología clínica que confirma la presencia de enfermedad, medicinas escasas y con precios alterados sin que alguien frene el abuso, contagiados que luchan en sus casas por salir adelante. Y el Gobierno haciéndonos creer que domamos una pandemia que, al contrario, está más embravecida.