Alianza Morena-PAS, perdedora del debate. La derrota política y moral de Rubén Rocha

Alejandro Sicairos
23 abril 2021

Tal como se veía venir desde que su campaña entró a la fase de ascenso, en contraste con la caída de quien había mantenido ventaja en la intención del voto, Mario Zamora Gastélum se alzó como ganador del debate político entre los candidatos a Gobernador realizado ayer por el Instituto Electoral del Estado de Sinaloa. Un Rubén Rocha Moya extenuado por el peso de compromisos incómodos que se echó encima fue expuesto en cadena estatal entre la encrucijada del académico y luchador social y la renuncia a principios esenciales con tal de hacer realidad su viejo sueño de acceder, a costa de lo que sea, a la titularidad del Poder Ejecutivo Estatal.

Desde el principio del cotejo de la oferta política, el candidato de los partidos Revolucionario Institucional, Acción Nacional y de la Revolución Democrática mostró estrategia al hacerse acompañar de una madre con un hijo desaparecido, un campesino de la agricultura de subsistencia y del doctor Héctor Ponce Ramos, el neumólogo que instaló desde su hogar un consultorio que salvó a miles de personas de la letalidad del coronavirus. Por su parte, el abanderado del Movimiento Regeneración Nacional y Partido Sinaloense se concretó a la compañía y defensa de su aliado Héctor Melesio Cuén Ojeda.

Parte de la embestida contra Rocha, Sergio Torres Félix, aspirante a Gobernador del Movimiento Ciudadano, se encargó de remarcarle los lastres al morenista: no defiende a nadie, es incongruente porque a Cuén Ojeda le dijo de todo “y hoy andan agarraditos de las manos”, pelea con los periodistas y promueve negocios para sus hijos. “La política es una actividad seria, deje de andar haciendo el ridículo, deje de hacer campaña con ‘La Gilbertona’, deje de hacerse el dormido”, le dijo.

Y no se quedó atrás Yolanda Yadira Cabrera, postulada por Redes Sociales Progresistas, al señalar con índice de fuego al candidato de Morena y PAS por “venderle el alma al diablo”, refiriéndose a la incorporación del ex panista Alejandro Higuera como coordinador de la campaña rochista, por imponer a candidatos malovistas siendo el caso de Gerardo Vargas Landeros que busca ser Alcalde de Ahome, y le recriminó también que “dejó de lado a sus amigos por ambición; es un cínico mentiroso que nos robó la esperanza del cambio”.

Aunque Ricardo Arnulfo Mendoza, representante del Partido Encuentro Solidario, les repartió culpas a todos, enderezó duros cuestionamientos contra Rocha al circunscribirlo “en este combo priista perverso” y le recriminó que para combatir la corrupción se necesita no ser corrupto ni juntarse con corruptos. “¿Por qué contradijo a López Obrador que no quiso tener ningún trato con Cuén?”, preguntó y mostró fotos en las que aparece el candidato de la 4T junto a Cuén Ojeda, Juan Millán Lizárraga y Quirino Ordaz Coppel. “Rocha no es candidato de Morena, es del PRI y del Partido Sinaloense”, redundó.

Y Rocha Moya no se defendió. Se parapetó en las acciones que ya realiza la llamada Cuarta Transformación y con el inocultable nerviosismo evidenciado por los labios resecos y movimientos descoordinados soportó el reclamo a la incongruencia que también le vino de parte de Gloria González Burboa, abanderada del Partido de Trabajo, quien le recordó al Senador con licencia que fue parte del PRIAN que ahora critica. El ex Rector de la UAS pudo estructurar dos leves contraofensivas al atribuir los ataques a su candidatura al desespero de los adversarios y, otra, cuando metió las manos al fuego para defender a su acompañante Cuén Ojeda.

En tanto, las mujeres demostraron tener mejor madera para el debate político. Rosa Elena Millán, candidata de Fuerza por México, no se distrajo en la confrontación. Evitó unirse a la táctica de hacer de Rocha leña del árbol caído y prefirió hablar de la educación como el centro de todo, de las jefas de familia como eje del esfuerzo desde el hogar, de los policías y las viudas de los que caen en el cumplimiento del deber, de librar a las mujeres de todo tipo de violencia y todo lo selló con la frase “palabra de mujer que yo sí voy a cumplir”. Y algo a resaltar es que la candidata petista Gloria González es la que mejor empatía generó con los demás competidores, inclusive con Mario Zamora.

Hay un inalterable corolario del primer debate entre los candidatos a Gobernador de Sinaloa. Rocha Moya perdió el torneo de las propuestas y ganó en la capacidad de apretar el cuerpo y esperar la siguiente embestida, de recibir golpes en secuencia infinita y de todos a la vez. Fueron sus trapos sucios sacados al sol los que robaron la atención de audiencias que lograron divertirse con los dichos demoledores contra la alianza Morena-PAS, perdedora inexorable del debate, pero hubiera sido mejor que la sociedad pudiera abochornarse por perder a un activista icónico de la izquierda sinaloense y ver emerger un raro proyecto político que les da la espalda a las grandes divisas de un pueblo que ya se cansó de perder el tiempo con aquellos que lo traicionan.

Y el cierre fue imperdible. Mario Zamora: “Rubén Rocha, te has vuelto un cínico igual que tus compañeros”. Sergio Torres: “yo no floto, yo no nado de muertito; yo corro riesgos”. Rubén Rocha: “queridos morenistas y pasistas, los invito a construir un Sinaloa incluyente y próspero, sin corrupción y que abata la pobreza; que no robe, que no mienta y que no traicione”. Rosa Elena Millán: “con una mujer en el gobierno nadie pierde y ganan todos”.

Por más Morena su piel,

Y por hábiles sus escuderos,

Rocha ya probó la hiel,

De llevar aliados marrulleros.

Debe reconocerse, evaluada en equidad y aporte a la democracia, la excelente organización del debate por parte del Instituto Electoral del Estado de Sinaloa y la conducción profesional a cargo de María Concepción Soto. Bien hecho, el órgano comicial estuvo a la altura de las circunstancias en la larga senda que le falta por recorrer para que de todo esto emane un Gobernador legitimado por una votación libre, creíble y reivindicadora de las esperanzas comunes.