¿Ahora sí importan los docentes?

Ángel Alberto Leyva Murguía
11 marzo 2020

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Director de investigación en Mexicanos Primero Sinaloa

@Mexicanos1oSin

www.mexicanosprimerosinaloa.org

 

Por muchos años, hemos escuchado en los discursos políticos la importancia de los docentes como los principales agentes transformadores del sistema educativo y que estos son imprescindibles para que las niñas, niños y jóvenes aprendan. Pero, ¿acaso esa valorización se refleja con hechos en la realidad?

Desde mi experiencia personal al venir de una familia de profesores, impartir por un tiempo clases en una escuela secundaria y desempeñarme como activista e investigador educativo, me he dado cuenta de que, como sociedad, siempre esperamos que los docentes tengan la preparación y las habilidades necesarias para atender a todos los alumnos, independientemente de sus contextos y características. Sin embargo, esta no es tarea sencilla, no son enchiladas, decía mi querido profesor “Pitágoras” cuando fui alumno de la secundaria federal Dr. Eligio Diaz V. en Escuinapa.

Para que los maestros cumplan con esta tarea tan importante, no podemos dejarlos solos, necesitan apoyo, acompañamiento, formación y hasta cuestiones básicas como el pago de su salario en tiempo y forma. En ese sentido, la gran responsabilidad que conlleva su labor requiere que sus derechos profesionales sean respetados.

Se decía que con la reforma educativa del año 2019 se revalorizaría y dignificaría al magisterio, para lo cual se plantearon una serie de cambios en la estructura jurídica. Sin embargo, al reflexionar sobre los hechos recientes, parece cada vez más complejo garantizarles una trayectoria profesional orientada al ejercicio pleno de sus derechos.

Un ejemplo claro es la formación inicial, la cual es una etapa fundamental para que los docentes desarrollen las prácticas, aptitudes, habilidades y conocimientos que les permitirán promover el derecho a aprender de la niñez y juventud. No obstante, no parece que estemos muy preocupados cuando en el Presupuesto de Egresos para el Estado de Sinaloa aumentamos únicamente 0.1 por ciento los recursos destinado a este rubro.

Otro punto que debemos considerar es la ambigüedad normativa entre la igualdad de condiciones para el acceso a la docencia con procesos públicos, transparentes equitativos e imparciales tal como contempla el artículo tercero constitucional y la preferencia a los normalistas considerada en la Ley General del Sistema para la Carrera de las Maestras y Maestros (LGSCMM). Aunado a esto, se encuentra la violación constitucional que implicó delegar indebidamente a la SEP la emisión de los lineamientos para el acceso, promoción y reconocimiento de docentes y otras figuras educativas, la cual permite cambiar las reglas del juego en cualquier momento.

O qué decir de la convocatoria de promoción para el ciclo 2020-2021 expedida por la Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y Maestros (USICAM) hacia puestos de liderazgo como directores y supervisores, donde se mostró el centralismo y desconocimiento del contexto en al menos seis entidades federativas, las cuales solicitaron cambios en la convocatoria para permitirles disminuir el número de horas para que docentes de secundaria pudieran promocionarse. En el caso de Sinaloa, aquellos que no tuvieron las 30 horas-semana-mes no podrán participar en este concurso ni tampoco figuras que desempeñan funciones pedagógicas y administrativas como los conductores de educación física, los cuales no están reconocidos en la estructura educativa. Es decir, la nueva convocatoria de promoción se volvió excluyente.

Con relación a la formación continua la situación no es muy alentadora, ya que, aunque la evidencia nos dice que esta es fundamental para lograr mejores resultados educativos, a nivel nacional, en el año 2020 se le destinará únicamente 159 pesos por cada docente, el monto más bajo desde el siglo pasado, equivalente a unos 8 litros de gasolina magna. Por su parte en Sinaloa, la disminución en este rubro representa casi 17 millones de pesos, es decir, “66 por ciento menos que en 2019”.

Por tal motivo, la armonización legislativa en Sinaloa es una gran oportunidad para que se garanticen los derechos profesionales docentes y pueda atraerse al sistema educativo a los mejores candidatos posibles, con un acompañamiento efectivo que promueva y apoye su aprendizaje, así como formación continua adecuada y pertinente a sus necesidades que los apoyen al mejoramiento de sus capacidades y competencias.

Es tiempo de que los discursos se hagan realidad. Nuestros maestros requieren mecanismos que les permita trascender, mejorar y ser reconocidos en su trayectoria profesional basado en sus méritos y no mediante el clientelismo, la discrecionalidad y opacidad que por muchos años han caracterizado nuestro sistema educativo. Aún estamos a tiempo y con el apoyo de todos los actores gubernamentales, educativos y sociales en un futuro no muy lejano pudiera ser posible.