Aciaga o no, PRI arma alianza en Sinaloa
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Titubeo de Morena, a la medida de GVL
Fue espinoso el camino que tuvieron que recorrer en Sinaloa los partidos Revolucionario Institucional, Acción Nacional y de la Revolución Democrática para registrar al filo de la medianoche del 23 de diciembre la alianza electoral, sin candidato a Gobernador definido. Al hacerlo también sin la certidumbre de qué ganarán en la elección del 6 de junio, se trata más bien de un ejercicio de fe en el que una de las siglas busca retener la gubernatura, otra renacer desde sus cenizas y la última mantener el registro.
Lo destacable es que al final se logró darle forma a la coalición y que ninguna otra se registró en lo estatal porque el Movimiento Regeneración Nacional no convenció aquí a los partidos del Trabajo y Verde Ecologista de México, como sí ocurrió a nivel nacional con el bloque político “Juntos hacemos historia”. Pero todavía queda el recurso de las candidaturas comunes donde seguramente habrá la configuración de otros pactos.
Contrario a lo que se esperaba en Sinaloa, ni el PRI ni Morena han resuelto qué mujer u hombre los representará en la lucha por el voto para obtener la titularidad del Poder Ejecutivo Estatal. Ambas organizaciones políticas y partidos acompañantes están en igualdad de circunstancias porque al menos ante el conocimiento público están en vías de decidir a la candidata o al candidato.
Por un lado, el vuelo en medio de turbulencias en que va Morena para determinar a quién abanderará ya atemoriza a los pasajeros por igual porque después de dos intentos frustrados por resolver resulta inevitable la teoría del desplome de una nave que bien pudo ir en estabilidad. Violentando la convocatoria que señala que incluiría en la encuesta solamente a 4 de los 14 que se registraron para definir al candidato a Gobernador, ahora mete a seis de ellos en la medición de posibilidades: Rubén Rocha Mocha, Imelda Castro Castro, Luis Guillermo Benítez, Jesús Estrada Ferreiro, Yadira Marcos Santiago y (¿no que no?) Gerardo Vargas Landeros.
El PRI, por su parte, echó a volar la alianza sin decidir al piloto. De esta manera pone cómodo al Gobernador Quirino Ordaz Coppel, quien dirá la última palabra respecto al candidato y el plan de vuelo le está saliendo como lo proyectó. Qué tan alto llevará a la nave prianredista lo resolverá en enero al definir el nombre y, qué casualidad, cuando Morena "destape" al oponente en un escenario que se le complica cada vez más con el paso del tiempo y de las irresoluciones.
De tantas indecisiones en un 23 de diciembre que parecía esclarecedor de contextos, el PRI pudo al límite del plazo registrar la alianza y Morena no supo o no quiso designar al candidato o candidata. Póngasele mucha atención a esto como punto de partida hacia la etapa crucial del proceso electoral y como el reporte de la política doméstica que los sinaloenses reciben antes de concentrarse en las festividades de fin e inicio de año.
Al formalizar el convenio de coalición, Jesús Valdés Palazuelos dijo por parte del PRI que este paso se dio a petición de la sociedad civil y de muchos organismos que han estado exigiendo a los partidos políticos que se organicen para realmente ser un gran frente y que construya una gran victoria. Se excedió en la pretensión del "carro completo", pero es parte de la arenga que se traen todos los que se subirán al ring de los comicios de 2021.
Juan Carlos Estrada, por el PAN, consideró que el país está en una situación muy convulsa, sobre todo en los temas económico, de salud y de seguridad, donde un presidente, con una actitud, totalmente dictatorial está haciendo a un lado a las instituciones, y Francisco Juárez Hernández, a nombre del PRD, fue el más moderado al exponer que la firma de los convenios electorales son el inicio de un proyecto grande para Sinaloa donde "hemos hecho el mayor de nuestros esfuerzos por presentar un polo opositor competitivo en lo nacional, y también en lo local ofrecemos una oferta al electorado, con la firme convicción de que hay muchos temas en las familias de los sinaloenses que están pendientes por resolver".
Y en la otra esquina, Mario Delgado Carrillo, dirigente nacional de Morena, guardó silencio en su cuenta de Twitter sobre el aplazamiento de la decisión en Sinaloa. Prefirió hablar de la vacuna y de la alianza con el PT y El Verde, dejándole así a los pretensos morenistas sinaloenses la pena de justificar por qué una nueva encuesta sólo por incluir a Gerardo Vargas, con todo y lo que implica la reculada para el partido y quien sea el candidato.
Y este sería el estado de cosas actual: Morena arriesga bastante el proceso interno al perder la oportunidad de tomar la decisión a favor de Imelda Castro, en caso de que la candidatura correspondiera a una mujer, o de Rubén Rocha Moya si ésta le tocara al género masculino; y el PRI cerró una jornada amarga, donde el PAN se le quería rajar si no le satisfacían su ambicioso pliego petitorio, probando el tricolor al final las mieles de la alianza.
Reverso
Vayan y abran sus regalos,
Para que vean PRI y Morena,
Que por esos acuerdos malos,
Santa Clos les dejó una hiena.
La terna de Jorge Abel
Horas antes de que se concretara la alianza local entre PRI, PAN y PRD, el controversial Jorge Abel López Sánchez, a nombre del Frente Político Sinaloa, soltó el mensaje, mejor dicho dejó la víbora chillando, al plantear que "esperemos que quien represente esta coalición tenga los méritos, capacidad, trayectoria y experiencia suficiente para enfrentar los retos que significa responsabilizarse del estado. Que el candidato no sea un aprendiz de político, promovido por una élite política y gubernamental buscando inventarlo como un político producido en microondas:
producto cocinado al vapor sin sustancia como clásica comida chatarra". Y soltó su terna priista: Rosa Elena Millan Bueno, Jesús Valdés Palazuelos y Mario Zamora Gastélum.