Abrazos a víctimas y porrazos al crimen
Ajusta Rocha la estrategia de seguridad

Alejandro Sicairos
18 agosto 2023

Con el reforzamiento de la estrategia de seguridad pública en Culiacán y Mazatlán, igual que con el operativo para contener al crimen en la sierra del municipio de Sinaloa, el Gobernador Rubén Rocha procede a calar acciones distintas a las que implementó en un año y siete meses transcurridos de la administración pública estatal que preside. Las nuevas acciones consistirían en abrazar a las víctimas de la violencia y mostrarles a los delincuentes la suficiente fuerza militar y policiaca que los ciña el Estado de Derecho.

Rocha Moya es el Mandatario que más ha estado al pendiente de la Mesa de Coordinación en la cual a diario se analiza el estado de cosas en materia de tranquilidad para la población y se dirigen los despliegues de policías y militares hacia las regiones que son o podrían representar focos rojos de violencia. Aunque el objetivo principal consiste en sofocar áreas de peligro antes de que escalen a consecuencias mayores, también cobra relevancia la labor de Inteligencia Militar que detecte oportunamente a factores o actores detonantes de inseguridad.

Tomando en cuenta las señales que han emergido en lo que va de agosto, podría determinarse con los datos a la mano que Rocha Moya es también el Gobernador que más ha estado del lado de las víctimas de la violencia, esa masa desamparada que el tercer piso de Palacio de Gobierno reducía a ser la piedra en el zapato para mandatarios que escondían a los muertos de la barbarie bajo las alfombras de la unidad administrativa e igual invisibilidad pretendían para las familias de los inocentes inmolados.

Hay que notar que en recientes hechos de alteración de la paz el método de contención al crimen registra virajes en la reacción inmediata, blindando las franjas de alta hostilidad delincuencial para que el Ejército y la Policía Estatal Preventiva tomen rápido el control de la situación. En Mazatlán, al tratarse de ajustes de cuentas entre grupos rivales de la fabricación y distribución de drogas sintéticas, en respuesta al ataque que les quitó la vida a tres personas el domingo 6 de agosto cerca de El Habal, se procedió a desplazar hacia allá a contingentes de soldados, guardias nacionales y elementos de la PEP previniendo que desencadenaran nuevos enfrentamientos que el análisis de riesgos detectó.

En Culiacán, la tendencia que apunta al alza de homicidios dolosos que en su mayoría corresponden a conflictos entre fracciones del Cártel de Sinaloa fue atendida con mayor fuerza pública y sí se logró atenuar la incidencia de asesinatos. Este municipio estaba aportando la mayor cantidad de delitos de alto impacto que amenazaban con echar a perder los logros en materia de pacificación por lo cual ameritó atención especial del plan federal-estatal de seguridad pública.

No obstante, donde más se nota el viraje, o los ajustes al esquema de seguridad pública es en los procedimientos y resultados que lograron resolver en pocos días la crisis de violencia que brotó en el municipio de Sinaloa a raíz de que el terror dispersado por células delictivas obligó a los habitantes de la sierra a abandonar las comunidades y pertenencias. En momentos tan delicados las decisiones pueden resultar complicadas y en este caso fueron las correctas.

Nunca será fácil pacificar un foco de conflicto en el que chocan dos grupos que antes eran parte del mismo núcleo criminal. Lo que sí es factible tiene que ver con aislar a la gente de bien antes de que se conviertan en víctimas colaterales de malandros que quieren eliminarse entre sí. El albergue para desplazados por la violencia habilitado en tiempo récord en Guamúchil atenuó el peligro y cumplió la función de cobijar al eslabón más vulnerable dando tiempo a que la fuerza pública se trasladara a la zona álgida de San José de las Delicias.

Los hechos de violencia ocurridos en los municipios de Mazatlán y Sinaloa trajeron consigo varias lecciones y todo indica que fueron aprendidas. Al apagar las amenazas de que en el puerto se libraran batallas entre los grupos agresor y atacado en los hechos del 6 de agosto, y que en los pueblos serranos del norte se extendiera y cobrara graves dimensiones la pugna por territorios y mercados de las drogas, la moraleja resultante consiste en siempre la mano dura del Estado contra la delincuencia y la protección fraternal a los que se hallan expuestos en la refriegas criminales.

Una enseñanza fundamental más establece que debe cuidarse y fortalecerse la coordinación y confianza entre las instituciones cuya misión consiste en hacer valer la ley, abarcando esta premisa la colaboración entre los estados de la región Mar de Cortés (Baja California, Baja California Sur, Sonora, Sinaloa y Nayarit) que permite el intercambio ágil de elementos del Ejército y Guardia Nacional con convoyes que se desplazan conforme lo requieran tales entidades.

Y hay otra postada en la supuesta muerte casual de Mario Alberto Lugo Lara, “Mario Calabazas”, el presunto delincuente que fue factor de la violencia vivida en el municipio de Sinaloa: en caso de ser confirmado el deceso ello no significa que haya acabado el peligro para las familias que habitan esa parte de la Sierra Madre Occidental. Bien se lo dijo Ismael “El Mayo” Zambada al periodista Julio Scherer en aquella entrevista de 2010: si atrapan o eliminan a un capo, nada cambia porque, “encerrados, muertos o extraditados, sus reemplazos ya andan por ahí”.

Más que ejércitos y balas,

La gente ocupa del gobierno,

Que le haga crecer las alas,

A través del abrazo fraterno.

El estremecimiento en el equipo del gobierno rochista que causó el cese de José Luis Zavala como Secretario de Obras Públicas se debe a la falta de justificaciones razonables ya que los sinaloenses no creen que un funcionario eficiente, como calificó el Gobernador al depuesto servidor público, deba dejar el cargo por el hecho de dar buenos resultados. En todo caso, de ser ese el motivo, que se pongan a temblar los demás integrantes del dream team de la Cuarta Transformación en Sinaloa.