A tronar la ciudad

David Cristóbal Álvarez Bernal
18 junio 2024

En las últimas semanas nos hemos enterado por los medios de comunicación de la intención de modificar el Plan Director de Desarrollo Urbano y, en su caso, los planes parciales correspondientes, para permitir la construcción de edificios de 30 niveles o más.

Con la derrama económica que ese tipo de desarrollos genera, nadie tendría nada que objetar.

Sin embargo, no hay que perder de vista que el tema económico no puede ni debe ser el único factor que se debe tomar en cuenta para hacer las modificaciones al Plan Director de Desarrollo Urbano.

Pueden construir edificios de 100 pisos si quieren, pero el tema principal, lo que no debe perderse de vista, es el impacto ambiental que cada edificio tiene en el entorno inmediato donde se ubica.

Antes que andar modificando el Plan de Desarrollo para permitir la construcción de más niveles, debe ponerse atención y remediarse, los problemas ambientales que se van a causar.

¿Se tendrá suficiente infraestructura de agua potable y drenaje para soportar el incremento de esos servicios?

¿Y las vialidades? ¿Se generarán embotellamientos de tráfico porque las vialidades fueron rebasadas?

¿Cómo se manejarán las aguas pluviales y las aguas negras? ¿Cómo se evitarán las inundaciones?

¿El servicio de energía eléctrica será suficiente? ¿Tendremos apagones frecuentes?

Las preguntas anteriores nos dan luz sobre el impacto ambiental que puede tener la construcción de edificios de muchos niveles, si a la par o incluso antes de iniciar su desarrollo no se fortalecen los servicios públicos correspondientes (agua potable, drenaje, energía eléctrica y vialidades)

El desarrollo inmobiliario debe llevar aparejado el desarrollo y actualización de los servicios públicos porque estos últimos sostienen al primero.

Sin servicios públicos eficientes, construir edificios de varios pisos nos va a llevar a un desastre ambiental.

Así que, antes de andar pensando en modificar las normas legales para permitir edificios de 30 pisos o más, el gobierno municipal debe actuar con prudencia y diseñar y ejecutar los planes correspondientes para prevenir o mitigar el impacto ambiental a que me vengo refiriendo.

De lo contrario, tendremos una ciudad desordenada y todos sus habitantes sufriremos la falta de actualización y planeación en el desarrollo urbano.

Y si piensan que estoy exagerando, para muestra un botón, les recomiendo darse una vuelta por algunas zonas de la ciudad donde antes no había problemas de tráfico vehicular y ahora es ya usual enfrentar embotellamientos.

Dicen que no planear es casi como planear para fracasar. Si el Gobierno municipal no planea un desarrollo urbano sustentable, está planeando para fallar y seremos nosotros quienes pagaremos los platos rotos.

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david@bufetealvarez.com