2025 no pinta bien

Arturo Santamaría Gómez
04 enero 2025

Al finalizar el año, la tradición dicta que deseemos que el nuevo año sea mejor que el recién dejado, pero parece que el 2025 no será así ni en México ni en otras partes del mundo.

Estados Unidos amaneció el 1 de enero con nuevo ataque terrorista y México con la violencia criminal, en la que destacaron Tabasco, Guanajuato y Sinaloa.

El acto terrorista de la calle Bourbon en Nueva Orleans muy probablemente sea utilizado por Donald Trump para atizar su retórica anti inmigrante, aunque el perpetrador del ataque masivo haya nacido en Estados Unidos. El simple hecho de que sea hijo de inmigrantes y se haya convertido al islamismo le dará argumentos al hombre naranja y a su base social para echar más leña a la hoguera. De hecho, cada atentado terrorista que acontece en Estados Unidos o en países europeos, como Francia, Italia o España, refuerza las conductas de rechazo a los inmigrantes de sus ciudadanos, de gran parte de la clase política y la opinión pública.

En este contexto, por un lado, se acrecienta la angustia de los inmigrantes sin documentos y por otro, organizaciones humanitarias en Estados Unidos se aprestan a defender legalmente a los trabajadores, y algunos gobiernos latinoamericanos toman medidas para intentar contrarrestar las redadas trumpianas que se iniciarán el 20 de enero.

La Presidenta Claudia Sheinbaum ha anunciado que los 54 consulados mexicanos en Estados Unidos se coordinarán con organizaciones norteamericanas para emprender la defensa legal de los inmigrantes. Las leyes estadounidenses no permiten la expulsión de los migrantes si antes no se ha cumplido un proceso legal; sin embargo, con Donald Trump, quien ha demostrado reiteradamente muy poco respeto a las leyes de su propio país, no sería nada extraño que intentarse deportaciones masivas sin tomar en cuenta lo que establece la legalidad migratoria. Si se respetasen los pasos que establece la expulsión legal de migrantes, Trump no podría cumplir a corto plazo con su promesa de redadas masivas si es que la defensa de los migrantes es eficaz, al margen de que el aparato legal del Gobierno de Estados Unidos no tiene el personal suficiente para procesar millones de expulsiones a menos de que contratara a decenas de miles de abogados a un costo muy alto.

Por otra parte, hay alcaldes de ciudades santuario, como Nueva York o San Francisco, las cuales no permiten que las policías locales actúen como agentes migratorios, que ya han declarado que no permitirán acciones ilegales de ICE, la Agencia de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos. Es decir, a pesar de que el que será el nuevo habitante de la Casa Blanca tiene un enorme respaldo de millones de americanos anti inmigrantes, no tiene todas consigo todas las cartas para darle gusto a su electorado.

En Honduras, la Presidenta Xiomara Castro, ha respondido con declaraciones mucho más duras que las de la Mandataria mexicana Claudia Sheinbaum. Ha dicho que sacará a la base militar gringa afincada en su país si es que Trump expulsa a cientos de miles de hondureños que viven en Estados Unidos, por cierto, decenas de miles de ellos establecidos desde muchas décadas en Nueva Orleans. Por su parte, el Presidente de Panamá, José Raúl Moulino, ante la amenaza del magnate naranja de reapropiarse del Canal de Panamá, ha declarado que su gobierno jamás cederá ante tal pretensión.

Al lado de Castro y Moulino, Sheinbaum ha sido mucho más moderada y cauta por una situación obvia. La relación económica y laboral de México con Estados Unidos es mucho más intensa, diversa y profunda que la que tienen Honduras y Panamá, a pesar de que las remesas que los hondureños a su país es proporcionalmente más alta que las que remiten nuestros paisanos a México, y que el principal cliente del canal es Estados Unidos.

La doctora Sheinbaum ha sido firme pero moderada ante Trump porque, al margen de la dependencia estructural, la situación de México es delicada en el contexto actual. Por un lado, está el pronóstico de un raquítico crecimiento económico para 2025, inferior al 1.5, y por otro lado está la violencia criminal y más particularmente la guerra narca que se libra en Sinaloa, la cual tiene una relación directa con el país vecino. La razón es el fentanilo.

Si llegase a tener éxito la estrategia de García Harfuch y Sheinbaum en Sinaloa, algo notable e histórico pero extraordinariamente difícil, las posibilidades de contener las amenazas arancelarias de Trump podrían observarse en las negociaciones del T-MEC. Por lo pronto, lo cruento de la guerra narca no da tregua ni se ve que vaya a terminar a corto plazo.

Así que 2025 no pinta muy bien.

Como un pequeño homenaje al recientemente fallecido Leo Dan, los migrantes latinoamericanos que están en Estados Unidos y también los que cruzan por México bien podrían recordar esta estrofa de su canción Toquen, mariachis, canten: “Fronteras, por qué fronteras... nadie nunca podrá poner esta idea (porque) fronteras sólo Dios”.

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