19S: 2 mil 190 días sin vivienda
Cuando llega septiembre, nuestro mes patrio, las bromas, chistes y comentarios sobre la posibilidad de que “se nos mueva el piso” no se hacen esperar. Las desafortunadas coincidencias de que tiemble los días 19 de este mes -como ocurrió originalmente en 1985-, dejan de ser graciosas cuando lo posible se vuelve real, como ocurrió en 2017 y recientemente en 2022.
Más allá de que otro sismo o fenómeno natural potencialmente devastador nos seguiría tomando por sorpresa, la pregunta concreta es ¿estamos en condiciones de enfrentar sus efectos? Al pensar en lo difícil que ha sido el proceso de reconstrucción tras el temblor del 19 de septiembre de 2017 en la Ciudad de México, la experiencia indicaría que no.
Pensemos lo que representan seis años. ¿A usted qué le ocurrió en los últimos 2,190 días? Independientemente de los ejemplos que se pueden enunciar para ayudarnos a dimensionar todo lo que cabe en este periodo de tiempo, el hecho de que las personas damnificadas aún no hayan logrado regresar a sus viviendas es inadmisible, punto.
Situar a los sujetos de derechos en el centro, para que no suene únicamente a slogan, requiere compromisos innegociables que respondan a sus necesidades. Y ponerlos en el centro implica cumplir con los resultados anunciados; lograrlos de la manera más adecuada posible y con los recursos suficientes. En pocas palabras, que se aseguren los derechos de las personas con estrategias eficaces, eficientes y efectivas.
En contraste, mucho de lo que ha sucedido con el proceso de reconstrucción en la Ciudad de México parece poner en el centro intereses muy distantes a los de las y los damnificados: los presuntos desvíos, la rotación de liderazgos durante este proceso; los tropiezos en la planeación, la programación, la presupuestación y la operación de estrategias, así como la falta de transparencia, parecería que ponen en el centro intereses muy distantes a lo que realmente es importante: evitar que quienes sufrieron afectaciones se enfrenten a 2,190 días sin vivienda.
El acceso a la información resulta prioritario cuando después de todo este tiempo y con la incertidumbre que conllevan los riesgos, las personas damnificadas desconocen, en el mejor de los casos, cuándo les entregarán su patrimonio. Y en el peor, en qué condiciones lo recibirán, si existen recursos para concluir las obras, o de plano, por qué no se ha comenzado trabajo alguno.
Habiendo identificado experiencias de personas damnificadas con relación a la opacidad en el proceso, desde el equipo de Estado Abierto del Instituto de Transparencia, Acceso a la Información Pública, Protección de Datos Personales y Rendición de Cuentas de la Ciudad de México (InfoCDMX), realizaron un ejercicio exploratorio de los vacíos de información que hasta el día de hoy requieren cubrirse por las autoridades involucradas en la reconstrucción.
A partir de las reflexiones vertidas en algunas mesas de trabajo, donde además de personas damnificadas participaron otras voces que desde la sociedad civil y la academia han conocido del proceso, se elaboró un reporte que da continuidad al trabajo realizado por el InfoCDMX en materia de Reconstrucción Abierta.
Este reporte, además de visibilizar el tipo de información que debe ser pública para este momento de la reconstrucción, así como un mapeo de las instituciones que deben darla a conocer, también ofrece recomendaciones para que las personas damnificadas aprovechen al máximo el uso de las solicitudes de información.
Por otro lado, una parte sustancial de este trabajo recae en el abordaje de la gestión de riesgos desde la óptica de la transparencia. Con esto se retoman las reflexiones en torno al tipo de información que debe primar en cada una de sus etapas (prevención, reacción y recuperación) y la utilidad práctica que esta información representa para las personas.
Los resultados de este documento se presentarán este jueves 14 de septiembre en el marco del Quinto Coloquio por una Reconstrucción Abierta Mundial, titulado Riesgos y Cambio climático. Los coloquios son una oportunidad para aprender de la historia reciente para que los fenómenos naturales no nos agarren por sorpresa, porque el consenso científico señala que serán cada vez más los eventos de la naturaleza que causarán destrozos -que se han agravado frente a la crisis climática-, y más nos vale estar preparadas, preparados y preparades.
* El autor Eduardo Alcalá es coordinador de Planeación, Seguimiento y Evaluación. Diego de la Mora es director ejecutivo de @FundarMexico.