Tema de Hoy: El amor de un padre a su hija
"El amor por los hijos puede mover montañas"
Hija mía, te escribo estas líneas para que las conserves, no en tu mente, sino en tu corazón; tú fuiste concebida por el amor, como seguramente lo serán tus hijos, y fue nuestra intención, la de tu madre y la mía, darte el cariño y ternura de que fuimos capaces.
El anhelo más legítimo de un padre para un hijo es dejarlo preparado para hacer siempre frente a la vida y que esta sea fecundada en valores trascendentales como el amor, la justicia, la lealtad, el respeto y la gratitud.
La vida nos enseña que aun cuando pusimos todo nuestro empeño en conquistar la cima de una montaña y esta se nos niega, tenemos que volver a luchar incansablemente hasta lograrla.
Puedes ser vencida, pero nunca claudiques; lucha hasta convertir las derrotas en victorias, nunca te des por vencida y mantente siempre digna y fiel a tus principios, ama todo aquello que sea noble y bello, y frente a la injusticia oféndete y lucha sin descanso por lograr tus sueños.
Las dudas matan el amor, confía solo en lo que tú misma puedas ver y oír, no te dejes llevar por los rumores, enfrenta tú misma la realidad y ruégale a Dios para que no te equivoques.
Ten un hogar donde reine Dios, te dará paz y consuelo en tus horas difíciles, a tu marido apóyalo sin límite alguno; en tus hijos vacía todo el corazón y nunca permitas que tu debilidad los haga irresponsables en el uso de su propia libertad.
Dale a tus hijos lo que tú misma recibiste, un hogar con dignidad, respeto y una estrella para que tus hijos tengan un por qué vivir.
Cuando los años transcurran y ya no esté nunca más junto a ti, recuérdame como un hombre soñador, que siempre te amó y de donde me encuentre tendrás por siempre mi bendición.
Ayúdame, te suplico, a que muchas estrellas que están muriendo en la playa vuelvan al mar, y tu vida y la de los tuyos sean digna parte de la creación de Dios.