Ergonomía, sentarse bien, estar mejor
"Si al terminar el día te duele el cuerpo, checa tu postura al trabajar"
MÉXICO (UNIV)._ Después de salir del trabajo, ¿ te duelen el cuello y los hombros? ¿Las muñecas te punzan o te hormiguean? Y además, ¿sueles tener calambres en varias partes del cuerpo? ¿Los brazos te pesan y sientes un dolor, agudo como un piquete, en ciertas articulaciones? Pon atención a esto, porque lo que te pasa no es normal.
Quizá pienses que sentir cansancio y dolor de músculos, articulaciones y además de cierta frustración, es normal después de una jornada de trabajo o que corresponde al gran estrés al que tu empleo te somete y que si descansas estarás mejor al siguiente día.
Muchas personas consideran que padecer cansancio y dolores tras terminar de trabajar es normal, pero no lo es. Si reconoces todas estas molestias, deberías pensar en que no sólo la fuerte carga de trabajo, sino también tu mismo lugar de oficina es el que te está lastimando.
Sí, es posible que las malas posturas que adoptas para laborar, los movimientos bruscos que haces o la disposición de tu mobiliario puedan estar lesionándote silenciosa y paulatinamente, lo cual puede provocarte, entre otras cosas, padecimientos músculo-esqueléticos, es decir, aquellos que afectan los músculos, las articulaciones, los nervios y el esqueleto mismo.
Estas lesiones son de lo más comunes en el trabajo y lastiman tanto al empleado como al empleador, al tener que pagar el tratamiento y los días perdidos que implica.
Las lesiones que encabezan la lista son las de espalda y los trastornos en los brazos y los padecimientos lumbares. Los trastornos de origen laboral del cuello y las extremidades superiores suelen desarrollarse con el tiempo como consecuencia de actividades repetitivas como el uso de teclados. Pueden afectar al cuello, los hombros y las extremidades superiores.
Estas enfermedades existen en todo tipo de ambiente laboral, tanto en la industria como en la oficina. De hecho, ésta última te hace más propensos a este tipo de lesiones.
“La ofimática, que no es otra cosa que la utilización de procesadores de textos, hojas de cálculo, presentaciones multimedia, correos electrónicos, es decir, trabajar en una oficina frente a una computadora, ha sido asociada con un aumento de ausentismo, reportes de lesiones musculares, vista cansada y reducción de satisfacción laboral”, explica Franz Schneider, un consultor estadounidense dedicado a implementar este tipo de políticas en lugares de trabajo.
Impacto al estado de ánimo
Los síntomas de tener malas posturas en el trabajo no sólo son físicos, también impactan tu estado emocional.
“La mala ergonomía da pie a trabajadores frustrados y fatigados que no hacen su mejor trabajo. Cuando una tarea es demasiado exhaustiva, el trabajador, no lo hará tan bien como lo debería hacer por estar entrenado”, explica la consultoría Ergonomics.
Los beneficios que atrae el buscar la comodidad y las buenas posturas permean tanto en empleados como en la empresa y esto se refleja en cifras y productividad.
Promover las buenas posturas y un buen ambiente de trabajo también contribuye a la lealtad, ya que según la consultoría Ergonomics Plus, cuando los empleados no experimentan fatiga o incomodidad se disminuye la rotación laboral, el ausentismo,mejora la moral e incrementa el compromiso de trabajo.
Recuerda: alterna estar de pie y sentado, no te estires demasiado y procura mantener el trabajo cerca de ti.
SILLA
- Es uno de los aspectos más importantes en una oficina. El asiento debe permitir que las rodillas estén a un ángulo de 90 grados, ya que este ángulo permitirá tener espacio suficiente entre la orilla del escritorio y la rodilla para que éstas no peguen.
- Es preferible que tenga descansabrazos para que los codos estén recargados y alineados con los hombros. Éstos no deben de estar demasiado abiertos o apoyados muy en alto.
- Es necesario que la silla tenga respaldo que soporte la espalda baja de la espalda y que permita una inclinación de 95 a 110 grados hacia atrás. Éste es mejor que sea flexible.
- El ancho del asiento debe de ser de entre cinco y ocho centímetros. “El asiento no debe de estar tan largo que se encaje en el hueco de la rodilla, pero tampoco debe estar tan corto que apriete el muslo”, explica el especialista.
17%
Aumentó la productividad en las oficinas en las que se corrige el mobiliario
32%
Fue el porcentaje de errores que disminuyó entre los bien sentados
46%
Bajó el absentismo en las empresas que implementaron este tipo de prácticas