El lavado de manos le gana al antibacterial
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Con esta columna se declara inaugurada la temporada de virus respiratorios en el Hemisferio Norte. Cierto, hay resfriados todo el año, pero hay meses en los que son más comunes. Por ejemplo, la famosa (o infame) influenza comienza a aumentar en octubre hasta llegar a su pico máximo entre diciembre y febrero. ¿Y qué hacer para prevenir? Lo remarcado en múltiples ocasiones: vacunarse y lavarse las manos. Respecto a esto último, un nuevo estudio sugiere que es mejor lavarse las manos bien, con agua, incluso sin jabón, que el uso de los antibacteriales comunes (1).
Resulta que unos japoneses investigaron qué era mejor para inactivar el virus de la influenza. Agarraron moco (literalmente se pusieron moco en los dedos) infectado con dicho virus y vieron qué pasaba si aplicaban un desinfectante basado en etanol (como la mayoría de los antibacteriales que se encuentran en todas las tiendas) o si se lavaban las manos sólo con agua. Los resultados: los dedos tenían virus activos aún después de estar frotando por 2 minutos con un antiséptico. En cambio, sólo 30 segundos de lavado de manos con pura agua fue suficiente para inactivar el virus. Se necesitaron 4 minutos con el antiséptico para lograr inactivarlo.
Los investigadores concluyen que el moco espeso protege al virus y que el alcohol de los desinfectantes no alcanza a penetrar hasta desactivarlo. En cambio, el lavado activo con agua sí lo logra. Es un experimento interesante, aunque realizado en condiciones muy controladas en un laboratorio. No sabemos qué tanto podemos extrapolar estos hallazgos a situaciones donde tenemos personas mocosas. Pero es una razón más para insistir que esos antibacteriales comerciales, que a veces huelen más a perfume que a alcohol, no sustituyen un buen lavado de manos.
1 Hirose R, te al. Situations Leading to Reduced Effectiveness of Current Hand Hygiene against Infectious Mucus from Influenza Virus-Infected Patients. Msphere Sep 2019, 4 (5) e00474-19