Anhelaba ser médico para los abuelitos

Elizabeth Gámez
09 noviembre 2015

"Dulce Patricia Galindo Galarza, Médico geriatra"

CULIACÁN.- Antes de entrar de lleno a sus labores, Dulce Patricia Galindo Galarza recorre el hospital para ofrecer su espléndida sonrisa a los pacientes, y así como ellos, paciente, es la atención que da a quienes sabe requieren más que sus conocimientos, un tiempo para ser escuchados, para ser entendidos.
Para la doctora la geriatría es un arte para el cual sabe que nació.
"Desde chica siempre dije que iba a ser médico para los abuelitos, siempre me gustó la atención a los adultos mayores", señala.
Cuando estaba en la facultad de Medicina hizo dos veranos de investigación enfocados a la geriatría; y en cuarto año de la carrera tuvo la oportunidad de una vinculación de la UAS con la Universidad de Arizona, donde estuvo en un centro de envejecimiento. Todo ello reforzó lo que sabía que era su futuro porque ya era parte de su presente.
"Creo que es difícil cuando entras a Medicina ir directo a lo que quieres, pero era lo que me gustaba, me fui directo y me gustó; si no me hubiera gustado, hubiera buscado otras opciones", expresa.
Como estudiante conoció también la labor loable que se hace en el Albergue para Indigentes Siquiátricos del DIF estatal, mundo al que se sumergió a través de un hueco de una puerta y que le pareció un reto.
"Me asomé y vi, y dije 'ay Dios mío, los vi a todos dando vueltas, te dan ganas de hacerte para atrás, pero a la fecha ese fue un reto, qué bueno que acepté ese reto porque me ayudó muchísimo, tanto, que al final decía no sé si ellos son los que viven en el mundo real, porque los veo felices, contentos, nada les duele, nada les pasa dentro de su mundo, o nosotros somos los que vivimos en el mundo real donde toda la vida uno se queja".
Después tuvo la oportunidad de hacer una estancia en el Instituto de Nutrición en Geriatría, y mientras preparaba su examen para hacer una residencia.

Una vocación hecha pasión

Dulce Patricia empezó a ver opciones de becas en el extranjero. Las ofertas llegaron de España y de la embajada de Francia. Eligió esta última para salir por primera vez de su casa, a vivir sola, sin conocer el idioma y a enfrentarse a una cultura distinta.
"Pero lo volvería a hacer, uno crece mucho profesionalmente, que era el objetivo, pero sobre todo personalmente, y si me dices que si qué me ha dejado la geriatría, me ha dejado entender que la medicina más que una vocación es como una pasión, pasión porque te enamoras de lo que haces, pasión porque es un gusto día a día ver múltiples situaciones en las cuales puedes intervenir y puedes aunque sea contribuir con algo positivo para ellos", subraya.
"Me ha dejado encontrar un ser humano que a lo mejor no sabía que existía en mí, pero encontrarme es bonito porque como persona entiendes tanto tus debilidades como tus fortalezas y en razón puedes dar más, hasta donde tú también piensas que puedes hacerlo".
Sin borrar su sonrisa, la joven doctora agrega que para los franceses, entre quienes hizo su residencia, era Patricia la mexicana, y gustosa les llevaba su cultura.
"Cuando les das cariño a la gente te lo regresa de una manera exponencial, multiplicado por mucho, y sobre todo a los adultos mayores, porque son personas que lo que más requieren de ti no son tus conocimientos, vienen a lo mejor para que uno se sensibilice, uno esté al lado de ellos, los puedas escuchar, ver, son muchas cosas y eso te lo va dando la geriatría", señala.
Y el llegar a ser un adulto mayor o el envejecer es parte del mismo ciclo vital, añade, igual como se llega a adolescente o adulto joven.
"Hace falta sensibilizarnos, crear una cultura, hace falta desde pequeños que nos inculquen ese amor hacia la persona adulta mayor, y empezar a crear de verdad diversas estrategias porque lo que hagamos o dejemos de hacer el día de hoy nosotros mismos lo vamos a padecer o lo vamos a gozar el día de mañana", añade convencida.

El regreso

Durante seis años, Dulce Patricia estuvo en la Ciudad de México trabajando en el programa de Salud del Adulto Mayor en la Secretaría de Salud. Ahora está de regreso en su tierra para, además de formar aquí su hogar, compartir sus conocimientos en el Centro de Investigación y Docencias en Ciencias de la Salud de la UAS.
Será parte de varios proyectos, como el de una clínica de geriatría que se creará, hacer un equipo multidisciplinario, dar clases, pero sobre todo crear una cultura en pro del envejecimiento con el fin de que cada quien sea responsable de su propia salud.
"Todos debemos tener un objetivo y luchar y luchar, a veces te vas a caer, no todo ha sido color de rosa, siempre les digo, la vida o por lo menos lo que a mí me ha pasado profesional, personal, o familiarmente es como un arcoíris, a veces tonos pasteles muy bonitos o a veces tonos grises que uno no quisiera vivirlos pero que son parte de la vida y que eso es la vida. Lo importante es disfrutar tanto de esos tonos pasteles como los grises porque después eso es lo que te da las lecciones de vida, las enseñanzas".


DISTINCIONES

Dulce Patricia ha recibido infinidad de distinciones, que para ella han sido un estímulo y una forma de agradecer a sus padres su apoyo incondicional.
- 2006: Sinaloense Ejemplar en el Mundo, otorgado por Gobierno del Sinaloa.
- 2007: Revalidación como Especialista en Geriatría, por la Dirección General de Educación Superior Universitaria de la SEP de los estudios realizados en la Universidad de Bordeaux 2, 'Maldades des Personnes Angèes'.
- 2005-2008: Reconocimientos diversos como ponente y capacitadora nacional en cursos sobre Hipertensión arterial sistémica, Manejo de insulina, Cuidado de pacientes con enfermedad de Alzheimer, Grupos de Ayuda Mutua, Depresión y alteración de la memoria, Envejecimiento, entre otros, en 20 entidades de la República Mexicana.
2008: Carta invitación del Dr. Jean-Taillandier, jefe de servicio de Geriatría-Gerontología del Hospital Paul Brouse, para laborar como médico geriatra extranjero dentro de los Colegios de Medicina de los Hospitales en París.

"... si me dices que si qué me ha dejado la geriatría, me ha dejado entender que la medicina más que una vocación es como una pasión, pasión porque te enamoras de lo que haces, pasión porque es un gusto día a día ver múltiples situaciones en las cuales puedes intervenir y puedes aunque sea contribuir con algo positivo para ellos".

Dulce Patricia Galindo Galarza
Médico geriatra 

Dulce Patricia Galindo Galarza

Profesión: Médico geriatra con estudios en Francia, cuya misión es darle lo mejor de su vida a los adultos mayores.