El hambre de justicia prevalece 50 años después: Rafael Morgan Ríos
Por medio de su columna semanal, el fundador de Noroeste sigue luchando contra la desigualdad política y social
El hambre de justicia política y social prevalece 50 años después de abrir las puertas del periódico Noroeste el 8 de septiembre de 1973.
Como si de aquel día se tratase, Rafael Morgan Ríos recuerda el entonces en el que tres militantes de la oposición, inquietos con la realidad gubernamental, crearon este instrumento de servicio a la comunidad.
“Logramos un grupo de gente inquieta socialmente, encontramos a un grupo de gente inquietos capitalísticamente hablando, e hicimos comunión, creamos un instrumento de servicio social, de comunicación social”, declaró el fundador de Noroeste.
Todo inició en Tacuichamona un día de 1961, cuando fue el primer representante de casilla del Partido Acción Nacional mientras el Partido Revolucionario Institucional lideraba la administración ejecutiva.
Según sus palabras, su llegada detuvo fraudes electorales de los que los priistas gozaron por muchos años, pues los votos de aquellos que no asistían a votar, llevaban la firma del PRI.
“Cuando llegué yo, dijeron ‘ya hay inspector, ya no podemos’. Perdimos, pero perdimos 39 a tres, no eran 300 y pico a cero”, rememora.
Ahí conoció al periodista Esteban Zamora Camacho, quien sentó las bases del PAN en el estado, y pronto se convertiría en su compañero de lucha en la oposición.
Un día, sentado en la banqueta esperaba afuera del local del partido, cuando Zamora Camacho le saludó con una referencia a los soldados romanos durante las guerras púnicas contra Cartago: “Centinela, ¿qué dice la noche?”.
Rafael respondió: “Carthago delenda est”.
En la década de 150 antes de Cristo, Roma estaba detenida por Cartago, una ciudad que conquistó a España cuando la capital italiana ya era un imperio.
“Decían los romanos ‘hay que destruir a Cartago porque si no, no vamos a prosperar’ hasta que por fin derrotaron a los cartagineses, tomaron la ciudad de Cartago y se acabó, de Carthago no quedaron ni las casas ni las ruinas”, explicó.
“Hay que destruir a este PRI porque no deja crecer a México”.
El organismo político estaba lleno de militantes provenientes de la Acción Católica Mexicana, de donde tuvieron que salir al cumplir la mayoría de edad requerida e ingresaron al partido.
“‘Vamos metiéndonos al PAN a seguir nuestra actividad’, que acá era religioso-social, en el PAN que fuera socio-político, y nos metimos en masa”, recordó.
La sed de cambio atormentaba, no solo a Rafael Morgan, sino también a Silvino Silva Lozano, Enrique Zamora Camacho, Gabriel López Palomares y Alberto Avilés, por lo que buscaban crear algo de impacto social.
“Crear una universidad, en aquel tiempo no habían tantas como ahora, no había más que la UAS y punto, una escuela técnica para preparar electricistas, plomeros, carpinteros; bibliotecas para poner en cada cabecera de sindicatura; dentro de ellas venía crear un periódico”, explicó.
En cambio, ninguno de los involucrados contaba con el capital para emprender alguna de las propuestas.
Fue así como Rafael, Silvino Silva y Esteban Zamora tocaron puertas de empresarios y capitalistas en busca del recurso monetario para convertir la idea en realidad.
Los rechazos continuaban a su paso, pero la esperanza no cedía, hasta el día en que los recibió Manuel de Jesús ‘Maquío’ Clouthier del Rincón, quien se encontraba con Enrique Murillo Padilla.
“Le dijimos ‘tenemos estos planes, y aquí estamos para hacerlos porque no tenemos con qué’, ‘¿cómo la ves?’ le dice Maquío a Don Enrique, ‘pues a mí me gusta el periódico’, respondió”, relató imitando el tono de voz del señor Murillo Padilla.
El sueño dejó de serlo cuando los inversionistas, incluyendo a Jorge del Rincón, proporcionaron 1 millón de pesos de presupuesto, solo con tres condiciones.
“Finalmente hubo quién invirtió en un periódico con tres condiciones: número uno, ‘nosotros no fuimos’ dicen los capitalistas; número dos, ‘ustedes son los que van a dar la cara, nosotros no’; la tres, ‘aunque no vamos a estar, queremos saber qué están haciendo’”.
Silvino Silva renunció a la Gerencia del Centro Empresarial para dedicarse a la Dirección General de Noroeste. Morgan Ríos se convirtió en el Asesor financiero, fiscal, administrativo y contable del periódico, mientras continuaba con sus negocios personales.
Los cimientos de Noroeste
Lo que fue un millón de pesos de inversión, se convirtió en tres millones, pues la venta de periódicos no cubría gastos ni salarios.
“El precio del periodico no vale ni el costo, del papel, la tinta, la máquina, los reporteros, mientras más periódicos vendíamos, más perdíamos. Teníamos que vender publicidad”.
Por otro lado, el periódico tenía problemas con integrantes de cárteles sinaloenses, incluso miembros de grupos religiosos que se molestaban con las publicaciones del medio de comunicación.
Los empresarios no querían promocionar sus marcas en Noroeste porque el nombre de la competencia sonaba más fuerte.
“Que porque tenía más circulación el Sol de Sinaloa que el Noroeste, nosotros sabíamos que teníamos más circulación, pero era un peródico que ya tenía muchos años, era parte de la sociedad culiacanense”, explicó.
Aprovechando uno de los aniversarios de la fundación, convocaron a líderes del sector empresarial para celebrar con vino tinto y bocadillos, a su vez, demostrarles que sus clientes eran suscriptores del periódico.
“‘¿Quién compra una subscripción? el que tiene con qué, ¿quién te compra? el que tiene con qué. yo estoy dónde están tus clientes’. Con eso pegamos”, rememoró Rafael.
Aquel día despegó el negocio, alcanzaba para cubrir gastos, pagar deudas y salarios, incluso para abrir la plaza de Mazatlán en 1979.
La administración cambió a los 19 años del nacimiento del periódico, por lo que Rafael Morgan Ríos dejó su puesto para dedicarse al ámbito político.
“Ya estábamos muy metidos en la cuestión política y de alguna forma perjudicábamos la imagen del periódico, que parecía muy panista, por eso casi nos salimos todos”, comentó.
Su camino personal
En su trayectoria dentro y fuera de Noroeste, Rafael Morgan fue el primer candidato a la Presidencia Municipal por el Partido Acción Nacional en 1968; fue candidato a Senador en dos ocasiones; Diputado Local en el 1983 y Secretario de Auditoría en la Función Pública para Uso Interno del Gobierno del ex Presidente de la República, Felipe Calderón, en 2007.
Antes de regresar a Culiacán en 2013, escribía de vez en cuando para este y otro medio de comunicación; pero desde que volvió a su natal ciudad, en Noroeste pública su columna sin falta, cada sábado.
“Cuando me vine de México, después de haber sido Subsecretario y Secretario de Estado con Felipe Calderón, me presenté con Adrián y me dijo ‘¿cómo no? adelante, escribe’ desde ahí no he fallado una sola semana”, detalló.
Sus textos reflejan inquietudes sobre temáticas políticas a nivel nacional, con enfoques en la corrupción y control interno debido a su experiencia dentro de la Secretaría de la Función Pública.
“Tener esa oportunidad de escribir de lo que uno sabe, de lo que uno conoce, de lo que uno siente, y de lo que uno quisiera que se hiciera, creo que gracias a eso estoy escribiendo”, dijo.
En este caminar de 50 años, que ahora recorre con bastón en la mano, el fundador reconoce el impacto del medio en Sinaloa como un órgano de difusión de faltas por parte de autoridades del Poder Ejecutivo o las atrocidades ejecutadas por narcotraficantes.
El periodismo de investigación que va más allá de las noticias, que van y vienen caracteriza a Noroeste.
“¿Qué se está haciendo en la cuestión climática?, ¿qué se está haciendo en la cuestión de violencia, asesinatos, homicidios, feminicidios?, ¿qué se está haciendo en cuestión de las desapariciones?”, mencionó temas frecuentes que son investigados por reporteros del medio local.
Reconoció la importancia de esa parte que conecta con la ciudadanía, en la que papel se convierte en el canal para difundir el mensaje de miles de civiles que tienen algo qué decir.
“Todos pueden hablar, todos hablan y van y los buscan para que hablen, creo que eso es importante, aunque fulana de tal, ni la conozco ni sé quién es pero sé que es una señora que tiene una opinión a su nivel, que tiene un valor”, puntualizó.
A sus 88 años, Rafael Morgan Ríos continúa su labor con la población a través de lo que, un día de 1973, era solo la idea de un proyecto de impacto social.
“Se me hace que si tengo esa oportunidad de escribir y no la aprovecho, estoy fallando y feo”, expresó.