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"Saber Vivir"

"Propósito pendiente"

"Columna"

    En mis propósitos de 2016, uno de ellos era hacer un viaje al extranjero yo solo. Me gusta mucho viajar, disfruto los viajes desde que los estoy planeando y estoy convencido que es una inversión a tu salud mental y espiritual.

    He viajado por diferentes países, he estado en cuatro continentes. Siempre es todo un aprendizaje las experiencias de viaje, pero todos mis viajes los he realizado acompañado con familia o con amistades, pero nunca yo solo. Tengo una amiga que siempre viaja sola y me había dicho que es muy diferente hacerlo así, que es como un reto para ti mismo.

    Planeé terminar los últimos días de 2016 e iniciar el 2017 haciendo una de las actividades que me gusta, aparte de mi profesión y de buen comer: viajando. Llegué a la conclusión que el siguiente destino sería Perú, por las siguientes razones, la primera es que me he propuesto conocer las siete maravillas del mundo, así que Machu Picchu sería la siguiente y así solo me faltaran por conocer dos. La segunda razón, tenía tiempo de querer conocer la ciudad de Cusco. He visto muchas fotografías y leído la importancia histórica acerca de ese lugar, y realmente es encantador, Cusco. La tercera razón es la fama de la gastronomía de Perú; está catalogada como una de las principales de América. Varias personas me dijeron, "ponte a dieta antes de ir y come todo lo que puedas, todo será excelente", y así fue, desde el típico ceviche peruano. Y la cuarta razón es que varios pacientes que también les gusta viajar me recomendaron ese destino turístico, incluso actualmente, Perú es el destino más popular de América, está de moda ir a Perú y mucha gente lo recomienda.

    El 29 de diciembre emprendí el viaje yo solo. Fue una experiencia nueva. Viajar solo implica más esfuerzo porque tienes que relacionarte si quieres platicar y convivir; tienes que pedir ayuda o aprender a utilizar el bastón para las "selfies"; hacer nuevos amigos porque como en todo viaje, se requiere de tiempo para estar con uno mismo y para convivir o compartir con otras personas.

    Disfruté mucho esta experiencia de viajar solo conmigo. En Navidad de 2015 mi hermana menor me regalo un bastón para "selfies" y confieso que lo utilicé muy pocas veces, esta era la ocasión para utilizarlo, pues en todo viaje queremos tomar fotos de los lugares para el recuerdo; de ni acordarme cómo se manejaba el bastón, creo que ya puedo dar cursos de selfies. No cabe duda que la práctica es lo importante.

    Viajar con uno mismo, porque nadie esta solo, tiene muchas ventajas: eres dueño de tu tiempo, haces las actividades que tu eliges, te esfuerzas más para comunicarte y conocer otras personas, disfrutas tus momentos de soledad y todo esto hace que se incremente tu autoestima, pues en el viaje te das cuenta de todo tu potencial humano. Recurres a tus capacidades y destrezas, que a lo mejor no estabas conciente de ellas, porque cuando vas acompañado nos dividimos tareas y actividades, pero cuando viajas solo, tú tienes que enfrentar y solucionar todo lo que se presente, desde tomar una foto, tomar un taxi, localizar una dirección o encontrar la salida, entre otras muchas vicisitudes que se pueden presentar.

    En conclusión, Perú es un país maravilloso, excelente comida, su gente muy amable, siempre se ven limpios las ciudades y los lugares arqueológicos. Te recomiendo, si no lo has hecho, y atrévete a vivir la experiencia de viajar contigo mismo. No te arrepentirás y, sobre todo, te conocerás más a fondo.

     

    FRASE:

    Viajar solo no significa estar solo ni sentirse solo.

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