"Mejor Educación: Educar en las fortalezas"

En el mundo actual, nadie enseña a cómo ser papás, los valores no se han perdido sólo no se aplican y todo cambia constantemente, esa es la realidad a la que se enfrentan las familias modernas, por ello se tiene que reconocer en la educación la estrategia para lograr la felicidad.

“No creo que ningún papá quiera hacer un mal trabajo, al contrario, por eso, nosotros, los papás, tenemos que estar al día y la psicología positiva nos da herramientas muy prácticas que podemos aplicar para tener pequeñas pautas de actuación”, expresa la doctora Rosalinda Ballesteros Valdés.

La vicerrectora de preparatoria de Universidad Tecmilenio participó hace unos días en el 17 Congreso de Valores, organizado en Mazatlán por Grupo Editorial Noroeste y la Universidad Tecmilenio, con la conferencia Reconociéndonos con la educación, centrándose en la psicología positiva, tema en el que es experta.

“¿Cómo quiero que sea mi familia?”, cuestionó, “una familia positiva es una familia que motiva y crea un espacio para que existan relaciones positivas. Una familia positiva genera bienestar psicológico en sus miembros”.

Sin embargo, en la práctica y, por lo general, la psicología se enfoca más a atender lo que está mal, las patologías, dejando al riesgo de los seres humanos que no están mal, sin pautas para actuar de forma adecuada o para obtener resultados óptimos.

“¿Qué hacen que algunas personas les vaya bien, que se sientan de buen humor y sean como una buena energía por donde pasan? ¿Cómo podemos generar bienestar psicológico en las familias? ¿Cómo hacer para que la familia sea quien nos haga florecer como personas y crecer?, cuestiona.

La doctora Ballesteros Valdés reconoce que la sociedad actual educa centrándose en capacidades fijas y repeticiones de ejercicios, que evitan retos para hacer algo diferente y no aceptar críticas, mientras que la psicología positiva que viene a romper con estas costumbres y moldes propone no ver problemas, sino retos y fortalezas ante la adversidad. 

“¿Para qué nos sirven las fortalezas? Porque a partir de estas fortalezas yo puedo construir en aquello que todavía no está bien, pero partiendo de ellas. ¿Qué nos pasa a veces a los papás?”, expone.

Y cita parte del  al padre de la psicología positiva, Martin Seligman, quien en los años 60 y 70 estudió el comportamiento humano y descubrió que cuando un individuo es expuesto a condiciones negativas deja de intentarlo.

“El hijo llega con las calificaciones de la escuela; tiene 100, 100, 90, 95, 100 y de repente aparece un 50. Inmediatamente, el ojo se va al 50. En lugar de decir, ‘qué bien te fue en el 90 por ciento de tus materias’, decimos, ‘¿por qué te sacaste un 50 en historia?’”.

La actitud alternativa y más favorable desde la psicología positiva, es destacar lo positivo en esa boleta, porque representan los logros, las fortalezas como estudiante de tu hijo.

Como padres habría que preguntarse por qué le va bien en todas esas materias y qué hace para obtener buenos resultados y por qué hay una en la que falla, igual, qué hace o no hace para obtener ese mal resultado.

“Las fortalezas son características valoradas en todas las culturas, que se dividen en seis áreas: sabiduría, humanidad, trascendencia, valentía, justicia y voluntad. Uno puede decir las fortalezas que ve en los demás, ese reconocimiento, que los demás ven como nuestras fortalezas, también nos pueden ayudar a construir nuestras relaciones”, afirma.

Para la también pedagoga, el amor es un vínculo de conexión de dos personas, donde se sincronizan los elementos psicológicos y biológicos y es posible ir amando poco a poco con la otra persona y mientras más momentos de conexión se tienen, más amor generan.

“El amor implica dos partes: la capacidad de amar y la capacidad de recibir amor, hay personas que son malas para recibir amor y cuando se rechazó a la persona, no le quedan ganas de volver a dar amor, ojo con eso”, señala.

Por lo general, las personas asumen que pueden dar amor. Amar a la pareja, a los padres, a los hijos, a los hermanos, a los amigos, pero no siempre amor a sí mismos, que es donde está el origen de todo el amor, el amor propio.

“Las emociones positivas nos ayudan a construir y ampliar las capacidades cognitivas y entre más se experimentan, más se pueden desarrollar, si yo aprendo a amar, amo más, si me asombro me asombro más y el rango que encuentran las investigaciones es que se busquen tres emociones positivas por cada emoción negativa que se siente”, destaca.

Enfocarse en las fortalezas genera un bienestar psicológico y motivación a uno mismo y al otro, quien además desarrolla la capacidad de hacerse una persona más competente y más autónoma, lo que es clave al momento de la toma de las decisiones.

“La mejor noticia de educar en la autonomía es que cuando sean adultos ya no nos van a necesitar y eso es bueno para todos”, concluye Ballesteros Valdés.

ELEMENTOS DEL BIENESTAR

MODELO PERMA

El doctor Martin Seligman, padre de la Psicología Positiva, propone una serie de elementos y actitudes que tienen presentes las personas que afirman sentirse felices y hoy se conoce como PERMA o Elementos del Bienestar:

Positive emotions (Emociones positivas): es desarrollar una versión y una visión positiva de la vida, es vivir y disfrutar de las emociones positivas en el pasado, en el presente y en el futuro.

Engagement (Compromiso): se trata del acto de poner en práctica de las fortalezas personales con el objetivo de desarrollar un mayor número de experiencias óptimas, de flujo de conciencia (“flow”).

Relationships (Relaciones positivas): dedicar un tiempo a nutrir las relaciones interpersonales, fomentando la sensación de apoyo y compañía que influye directamente en la percepción de bienestar.

Meaning (sentido): la vida tiene sentido y propósito cuando lo que se hace, ya sea en la esfera privada o en la profesional, contribuye a mejorar la vida de otras personas.

Accomplishment (Logro): establecer metas que nos motive conseguir.

EMOCIONES QUE CUANDO SE SIENTEN SUCEDEN COSAS ESPECIALES EN EL CEREBRO:

Esperanza

Alegría

Serenidad

Interesados

Orgullo

Inspirados por las cosas

Asombro

Gratitud

Amor

EJERCICIO PARA CULTIVAR LA GRATITUD Y EL AMOR

1. EL ÁRBOL DE LA GRATITUD 

En familia, el valor de la gratitud se puede evaluar y practicar de la siguiente manera: coloca una gran hoja de rotafolio en un lugar evidente de la casa con un dibujo de árbol, el cual tendrá el mismo número de ramas que miembros tiene la familia.

Utilizando notas adheribles, se irán pegando las hojas. Cada miembro de la familia deberá escribir en las notas lo que agradece al otro miembro de la familia, por ejemplo: ‘yo agradezco que recibí’, ‘que soy’, ‘que tengo’, ‘que puedo’ y pegarla en la rama que representa a ese miembro de quien agradece.

A través de este ejercicio se aprende a apreciar las cosas buenas de los demás y a valorar lo que los otros hacen por mí.

2. CARTA DE GRATITUD

Básicamente de lo que se trata de redactar una carta donde se escribe a cada uno de los miembros de la familia para agradecer lo que es y hace en tu vida, luego léela para ti y consérvala.

Cuando la rutina diaria te lleva a dar órdenes, exigir o reprochar, cambia la expresión por lo que escribiste previamente en la Carta de Gratitud, porque sí, a lo mejor no se apura, no planchó, no levantó los juguetes o no hizo la tarea, pero también ha traído felicidad a tu vida gracias a lo que es y hace en ella con su presencia.

La persona que escribe la carta experimenta mayor bienestar, al darse cuenta de que realmente hay personas a quienes les importa y que le importan. Y además, aprende a observar cosas que agradece a los demás.