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"COLUMNA"

"Expresiones de la Ciudad: El flashmob: un movimiento propuesto por la dirección del Isic"

"Los visitantes de Forum se vieron sorprendidos por el elenco artístico."
La ruta del paladar
20/02/2017

Sin lugar a dudas, las principales preocupaciones de las administraciones de la cultura podrían resumirse en dos casos: contar con techo financiero para el desarrollo de programas, y tener efectividad en cuanto al provecho social de los productos que de sus quehaceres emanan, esto es, llegar a buen puerto con el llamado costo-beneficio, lograr que las inversiones tengan su justificación en el impacto sobre las personas alcanzadas.

Al respecto, es por demás sabido cómo en los informes se inflan números intentando sorprender a los incautos, y de paso hacerse con el impacto político; aunque también se recurre a esa práctica para cubrir con falacias algunos estrepitosos fracasos de la programación.

Es repetitivo el discurso institucional sobre cómo “llegarle” a más gente, a cuáles estrategias asirse para llenar los teatros u otros espacios, sin caer en el miserable uso del acarreo disfrazado de “invitación”. O desde otro ángulo del mismo nerviosismo: qué llevar y a dónde, cuando es sabido que el pópulo la da la espalda a los espacios cerrados.

En mientras tanto, los administradores de la cultura todo cuentan, con deditos y así, desde el puño de señoras haciendo la fila de las tortillas frente a la plaza donde los folklóricos bailan El Jarabe Tapatío, hasta al señor del carrito de la nieve afuera del teatro.
 
Y ya se les mira haciendo cálculos de cupo humano por metro cuadrado en un festejo como el del 15 de septiembre.
Llega a miles, el propósito fundamental, político (y por supuesto comprometido en objetivos) por parte de los titulares de las oficinas de cultura. Y como hay que cumplir, a la hora de declarar con números a la inmensa mayoría no le queda de otra más que el fraude.

Pero esto de llegar a miles sin tener que invocar la simulación puede salvarse con creatividad, con ideas frescas; y con propuestas que se aparejen a los días que corren, que justo entiendan su lenguaje, que por cierto es imposible desvincular de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, pues han moldeado generaciones y aderezado gustos.

Para llegar a este punto es menester la presencia de una personalidad que no solamente esté atada al tradicionalismo, al evento con aromas de fondo de baúl, al pesado cortinaje aterciopelado evocador de épocas principescas, a los camerinos con fragancia de naftalina. Los tiempos (y sus hechos) de hoy en día, corren. Por lo tanto, la cultura no se puede administrar con una mentalidad de silla de ruedas.

Esto es justo lo que ya no existe en el Instituto Sinaloense de Cultura (Isic), donde tal parece empieza a imponerse un estilo mediante el cual se pretende conectar con la gente a través del hecho artístico, pero con el favor de un modelo de programa ligero pero brillante, audaz pero de impacto, súbito pero sorprendente: los Flashmob, propuesta original del titular del Isic, Papik Ramírez Bernal, muy a pesar de la autoridad cultural del municipio de Culiacán, que irrumpió con un diseño similar en el mercado Garmendia.

El Isic recién se estrenó el pasado domingo, primero por la mañana en el celebérrimo tianguis de Los Huizáchez, y por la tarde en los pasillos del centro comercial Forum, con músicos y cantantes que hicieron las delicias en centenares de personas que se vieron sorprendidas.

Hay posiciones que ubican a los Flashmob como espectáculos sin sentido, cuyo único fin es la diversión. Si así fuere, es noble el propósito de divertir al prójimo enfrentándolo al hecho artístico; y es altamente loable la institucionalización de un programa que muestra las luminiscencias del arte a sectores sociales que no han tenido la oportunidad, por las razones que sea, de solazarse con ofertas de entretenimiento que ni siquiera sabían que existían, o que se creían totalmente imposibles de disfrutarlas, dada la concepción aristocrática de la cultura.

Pero también es un modo de ejercer el lenguaje de los tiempos, aquí, en este mundo, en estos días y dadas las circunstancias. Se está generando un movimiento relámpago de la cultura. No está nada mal. Y punto.

Comentarios: expresionesdelaciudad@hotmail.com

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