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"'En Estados Unidos no hay derechos humanos, se lucha por ellos': abogado Jason Flores-Williams"

"“Tienes que ir a la guerra para obligar al sistema legal a reconocer tu humanidad”, señala el litigante."

La situación de los derechos humanos en Estados Unidos es solo una, y es muy clara, no hay, solo existe la capacidad de luchar por ellos, sostiene el abogado Jason Flores-Williams, quien ofrece servicios de defensa penal en las cortes de Estados Unidos para mexicanos que se encuentran en medio o a punto de iniciar una batalla legal, haciendo que se hagan válidos sus derechos.

Flores-Williams resaltó que no hay derechos constitucionales cuando tu casa es invadida por la DEA a las tres de la mañana, que no existe un debido proceso cuando se está detenido en la cárcel durante el Covid-19 sin fianza. El proceso debido es el proceso exigido.

“Tienes que ir a la guerra para obligar al sistema legal a reconocer tu humanidad. Solo entonces es cuando podemos empezar a defender la dignidad de la persona frente a la todopoderosa maquinaria gubernamental”, explicó el abogado.

Indicó también que las principales limitantes a las que se enfrentan hoy en día en este tema tienen que ver con el miedo al gobierno, a los tribunales; donde no se puede hacer nada en el sistema judicial de los Estados Unidos si se enfrenta con miedo.

“Tienes que detener la máquina que es el llamado sistema de justicia en los Estados Unidos. Tienes que empujar la ley, empujar el procedimiento, hacer lo que sea necesario para que la corte sea tuya, porque eso es lo que es, para eso fue diseñado ese sistema judicial, para hacerle frente”, resaltó Flores-Williams.

Explicó que si un abogado se guía únicamente por lo que se ha hecho antes, entonces existen limitantes en todos los aspectos, y que si sigue los pasos de los que litigaron antes, entonces logrará los mismos resultados que, estadísticamente en los tribunales federales de Estados Unidos, son condenas y penas de prisión de larga duración.

“Si tiene miedo de usar herramientas poderosas, entonces no puede construir nada. Las reglas, pruebas y los procedimientos que dan forma a nuestros tribunales no son más que herramientas. Cada caso es una oportunidad para redefinir la ley estadounidense”.

En torno a los hechos de violencia que se ha vivido en los últimos meses, de autoridades a civiles, y sobre si existe un retroceso en los derechos humanos, Flores-Williams resaltó que los Estados Unidos siempre ha sido así, solo que ahora se cuenta con videos y redes sociales que muestran esta realidad.

Subrayó que siempre ha habido racismo y violencia en ese país, institucionalizado, eso sí. Los documentos fundacionales de este país dicen que todos los hombres son creados iguales.

Documentos que se escribieron por hombres que poseían miles de esclavos, y que la ilusión de que hay justicia en Estados Unidos existe para evitar que la gente luche por ella, para hacerlos pasivos a través de la fe en el sistema.

“La expansión de los derechos, la equidad en los tribunales, la igual protección de la ley, el debido proceso y la dignidad humana han sido el resultado de enfrentar la verdad sobre este país y de negarse a aceptar el status quo. Como abogado, esto significa acudir a los tribunales con la expectativa de injusticia, porque para cambiar las cosas, primero debes enfrentarlas”.

Flores-Williams reconoció que no está sucediendo nada en este momento en los Estados Unidos que aquellos que estuvieron antes, no hayan visto desde el día en que nacieron.

“Esta es una sociedad injusta. Si hay algo 'excepcional' en nuestro sistema legal es que brinda la oportunidad de rectificar esa injusticia si tienes el coraje y la visión para hacerlo”, señaló.

Respecto a si cambió el trato hacia los latinos y afroamericanos durante la administración de Donald Trump, el abogado contestó que solo bastaba ver sus tasas de encarcelamiento.

En este aspecto, dijo, se tiene menos del cinco por ciento de la población mundial y cerca del 25 por ciento de sus presos; además, el estado de derecho en Estados Unidos, especialmente la guerra contra las drogas, puede entenderse como una guerra contra las personas de color, a lo que Trump le ha dado voz, y lo puso al frente y al centro, con jaulas, alentando la violencia policial.

Resaltó que siempre ha estado ahí, y lo único que quizás ha revelado, especialmente a la luz del alboroto en DC, es el grado en que la supremacía blanca está presente en las fuerzas del orden. Esto no es nuevo para las personas de color en Estados Unidos, pero lo es para los blancos, los principales involucrados.

Flores-Williams resaltó que por eso es tan importante que haya personas de color en los jurados, que en realidad es un derecho constitucional en los Estados Unidos que a menudo se descuida. Jurados que entienden para tanta gente, la fealdad que se ha mostrado recientemente en este país. Eso no es la excepción, sino la regla. Jurados que saben que Estados Unidos es parte del problema, para el que dice ser la solución.

El abogado consideró que el impacto que ocasionaron las políticas migratorias de Trump, de lo que se vieron imágenes a nivel internacional de personas enjauladas, sirvió para mostrar la industria de las prisiones privadas como una nación en sí misma en aquel país.

Poner a los inmigrantes en jaulas era un problema de relaciones públicas más que un problema de derechos humanos, para ellos. Para quienes están en primera línea del sistema de justicia penal, los niños enjaulados no eran nada nuevo, separar familias no era nada nuevo.

“La razón por la que me convertí en abogado de defensa criminal federal fue porque mi familia fue destrozada por la guerra contra las drogas. A este país le gusta castigar a la gente, porque ganamos mucho dinero haciéndolo, y donde la migración es un gran negocio aquí”.

Resaltó que los centros de detención de inmigrantes generan enormes beneficios para las empresas privadas. Si cerraran los centros de detención de inmigrantes, áreas enteras de los Estados Unidos, colapsarían económicamente.

Trump y la pandemia

En torno al trabajo que realizó Trump respecto al tratamiento que dio a la pandemia en Estados Unidos, Jason Flores-Williams indicó que pasó el último año viendo al Covid arder a través del sistema penitenciario, donde varios de sus clientes daban positivo, y eran aislados sin el tratamiento médico adecuado, donde sus derechos eran violados, donde los tribunales tuvieron que retrasar audiencias y juicios.

Indicó que ha sido una tragedia nacida de la incompetencia y la pereza; lo cual, lamentablemente, tiene sentido cuando se piensa en quiénes son Trump y sus seguidores.

“Los racistas son, primero y ante todo, tontos. Ellos carecen de la capacidad de adaptarse, de innovar, colaborar y, sobre todo, de ajustar rumbos y estrategias. Carecen de habilidades de pensamiento crítico, de la capacidad de analizar, porque están acostumbrados a que las cosas sean fáciles, cuando las soluciones del mundo real requieren un pensamiento complejo y un trabajo serio”.

Trump reaccionó a la pandemia de la misma manera que reaccionó a todo lo demás en su vida: con un sentido de derecho. Entendiéndolo solo en términos de cómo le afectó.

El rasgo más importante que puede tener un líder, dijo, es la empatía por aquellos por quienes tiene el privilegio de ser responsable.

Respecto a si el "sueño americano" de los migrantes hoy vale la pena, debido a las denuncias mediáticas contra abusos a latinos o afroamericanos, Flores-Williams cree en la autonomía y la dignidad de cada ser humano. Es una lucha, pero parte de esa lucha es nunca dejar que el mundo te defina.

Recordó que su abuelo llegó a Estados Unidos desde México, y fue en Texas donde experimentó un intenso racismo, pero no se apartó ni decidió que Estados Unidos no era para él, sino que organizó a otros latinos para luchar por sus derechos y dignidad.

Su abuelo, resaltó, se convirtió en uno de los primeros presidentes de un grupo llamado LULAC, que existe en la actualidad.

“Estados Unidos es como un ring de boxeo, donde el otro luchador es más grande que tú, más rico que tú, tiene todo de su lado, pero donde los latinos han estado lanzando golpes de nocaut desde la campana de apertura. Justicia, libertad, el sueño americano. Estas cosas existen únicamente en proporción a nuestra voluntad de luchar por ellas”.

Llegada de Joe Biden

Sobre cuál es la proyección que pudiera hacer sobre las políticas de derechos humanos de Joe Biden, el abogado subrayó que no se necesita hacer proyecciones, ya que desde el primer día de su presidencia, ya está revirtiendo algunas de las políticas de inmigración más racistas y ofensivas de Trump a través de la acción ejecutiva.

Señaló que, desde su oficina, como abogado, ha seguido de cerca el nombramiento en el Departamento de Justicia, y aunque no es fanático del nuevo Fiscal General, Merrick Garland, el resto de las personas designadas en el departamento, han dedicado sus carreras para luchar contra el encarcelamiento masivo y poner fin a la guerra contra las drogas.

Reiteró que los cambios en el Departamento de Justicia tendrán un impacto en los derechos de los mexicanos que son juzgados ante tribunales estadounidenses y en las relaciones entre México y Estados Unidos.

Sobre cuál considera que será el tratamiento que dará Joe Biden al tema de derechos humanos durante la pandemia, o indicó que su primera área de preocupación serán los derechos de los encarcelados durante la pandemia.

Su derecho a un juicio rápido, al debido proceso, porque son derechos humanos; además dijo que ha presentado escritos y mociones legales en nombre de sus clientes, para que no se sacrifiquen los derechos garantizados en la constitución de Estados Unidos.

“El estado de los derechos humanos en una nación solo puede medirse por el estado de los derechos de los acusados. Una decisión reciente de la Corte Suprema de los Estados Unidos nos brinda otra herramienta con respecto a la preservación de los derechos en tiempos de crisis”.

Ésta, en resumen, establece que independientemente de la pandemia, no podemos dejar de lado la Constitución, el Juez Gorsuch de la Corte Suprema dictamina por escrito que: “No podemos refugiarnos en el lugar cuando la Constitución está bajo ataque. Las cosas nunca van bien cuando lo hacemos.”