"‘Cuesta’ reclamo la vida a Érika y Cindy"
Las dos enfermeras del IMSS fueron asesinadas porque una de ellas reclamó al integrante de un grupo armado el porqué privaban de la libertad al joven José Antonio “N”, en el Fraccionamiento del Bosque, si minutos antes lo había saludado en un bar de la Zona Dorada.
Así quedó asentado por la Fiscalía en la audiencia inicial encabezada por el Juez de Control del Sistema de Justicia Penal Acusatorio, donde a las cuatro personas que han sido detenidas por estos hechos les imputaron los delitos de privación de la libertad personal agravada, homicidio calificado, feminicidio y robo de vehículo, dentro de la causa penal 294/2017.
En la audiencia en la Sede Regional de Justicia Penal Acusatoria y Oral Sur, en este puerto, donde a los detenidos Omar Andrés “N”., Juan Manuel “N”., Juan Diego “N”., y Luis Humberto “N”, también se les determinó prisión preventiva durante el tiempo que dure el proceso.
La Fiscalía manifestó que de acuerdo con las investigaciones, a las 5:00 horas del domingo 30 de julio las enfermeras Cindy “N”., Érika “N”., y el joven José Antonio “N., se encontraban frente a un domicilio ubicado en el Fraccionamiento del Bosque.
También identificó a otro hombre al que menciona como testigo protegido, y hasta el lugar llegaron varios hombres, entre ellos los ahora detenidos, junto con otra persona que aún no ha sido capturada, a bordo de un Honda Civic negro, y mediante amenazas con armas de fuego se llevaron a José Antonio “N”, en la parte posterior de ese vehículo.
El ahora indiciado Luis Humberto “N”., con los alias “El Chéster”, “El 30” o “El Luisón”, se apoderó de un vehículo Nissan Versa gris, en el cual habían arribado las ahora víctimas a ese lugar, propiedad de una persona que la tiene registrada a la aplicación de una plataforma para transporte privado de personas.
En ese momento Érika “N”, le reclamó al hombre, ahora identificado como testigo protegido, el porqué privaban de la libertad a José Antonio “N”, si momentos antes ella lo había visto a él saludar a José Antonio en un bar de la Zona Dorada.
Al verse descubierto, el ahora testigo protegido llamó a quienes se habían llevado a José Antonio a que regresaran para llevarse también a quien posteriormente se supo eran las enfermeras del Instituto Mexicano del Seguro Social, Cindy “N”. y Érika “N”.
El ahora testigo protegido entró al domicilio, sacó un arma de fuego para obligar a las enfermeras a ingresar a esa casa para retenerlas.
Los demás hombres se llevaron a José Antonio hasta un predio cerca del panteón 2 de Villa Unión, a dos kilómetros rumbo a La Amapa, donde se lo entregaron a integrantes de otro grupo aún no identificado, quienes lo asesinaron con un machete y lo quemaron.
Al caer la noche del 30 de julio, los integrantes del grupo armado que se había llevado a José Antonio también se llevó a Cindy y Érika en el mismo Honda Civic negro.
La Fiscalía dijo que se las llevaron cerca del panteón 2 de Villa Unión, con rumbo a La Amapa, donde las asesinaron y también les prendieron fuego.