"Cindy y Érika fueron ‘víctimas colaterales’"
Los cuatro detenidos por el crimen de las enfermeras Érika y Cindy, y de Juan Antonio, fueron vinculados a proceso por los delitos de privación ilegal de la libertad, homicidio calificado cometido con saña, feminicidio y robo de vehículo calificado.
En la segunda audiencia del caso, el Juez José Marcial Rodríguez les notificó auto de vinculación a proceso por las tres muertes, al considerar pruebas suficientes en su contra, además de que tres de los detenidos aceptaron haber participado en los crímenes.
El Juez resolvió que el proceso tardará seis meses para su conclusión y estableció el 16 de febrero de 2018 para notificar fallo.
Con esta resolución los acusados Luis Alberto “N”, Marcelo “N”, Ernesto “N”, y Omar Andrés “N”, quedaron en calidad de imputados como probables responsables de los cuatro delitos; dos de ellos tienen defensores de oficio y dos más representantes legales contratados.
En el crimen están implicados grupos criminales contrarios y se presume que las enfermeras fueron “víctimas colaterales”, no tenían vínculo con los grupos criminales.
Indefensas y cautivas
En el relato de hechos que duró más de tres horas, se reveló que Cindy, de 31 años, salió a las 23:00 horas de su casa el 29 de julio, pasó por Érika, de 30 años, a su domicilio, y juntas se fueron a un bar de la Zona Dorada. Esa noche en el lugar conocieron a José Antonio, de 24 años.
Él bailó con Cindy y se sentó con las enfermeras en la misma mesa, al lado estaban los acusados, dos jóvenes, uno de ellos identificado como Armando “N”, y el testigo que se encuentra protegido, que fue quien reveló la información de los crímenes.
En su declaración, el testigo aseguró que Armando le dijo que José Antonio era de un grupo criminal contrario al suyo, y les llamó a sus amigos para que le “levantaran”.
A las 04:30 horas todos salieron del bar. Érika y José Antonio se fueron en el vehículo de él, un Versa gris que usaba para servicio Uber. Cindy le dio “raite” a Armando y al testigo protegido, pero en el camino Cindy le llamó a Érika y se encontraron en el camino, y quedaron de ir al Fraccionamiento Del Bosque, donde se quedaría Armando y el testigo protegido. Todos enfilaron al domicilio.
Unos minutos después llegó el grupo criminal y privó de la libertad a José Antonio, entre ellos presuntamente iban los cuatro acusados vinculados a proceso.
En el lugar Érika le reclamó a Armando que conocía a los agresores, y éste al verse descubierto entró a la casa, sacó una arma y obligó a las enfermeras a entrar.
Una vez adentro las ató con las manos hacia atrás y les cubrió los ojos. Así las mantuvo todo el domingo 30 de julio: incomunicadas, indefensas y cautivas.
El testigo protegido narró que supo que a José Antonio lo habían entregado a un grupo criminal contrario cerca del panteón camino a La Amapa, Villa Unión. También que lo asesinaron casi de inmediato. Al caer la noche, los acusados por órdenes de Armando “N”, regresaron a la casa y se llevaron a las enfermeras al mismo lugar, y ahí las asesinaron.
De acuerdo con las investigaciones hubo “reparto de funciones”, pues un grupo se encargó de privar de la libertad al joven, otro de asesinarlo; en esa cadena otro grupo retuvo y vigiló a las enfermeras, y otros las llevaron para matarlas. Después a todos los incineraron.
El 5 de agosto autoridades ministeriales hallaron los restos de las enfermeras y el joven gracias a la confesión del testigo protegido, quien asegura que el grupo criminal responsable controla Villa Unión desde tres casas de seguridad.
El auto de Cindy fue quemado y recuperado el 5 de agosto cerca de la Avenida Múnich; el Civic negro donde privaron de la libertad a José Antonio, y el Versa de la víctima se localizaron en el Fraccionamiento Los Sauces, a bordo iban los cuatro detenidos, incluso les hallaron drogas y armas.
El Juez consideró que todos colaboraron en ese “reparto de funciones” conscientes del resultado fatal.
Entrarían peritos internacionales
La Fiscalía General del Estado destinó un equipo de cinco agentes y un asesor jurídico para el crimen de las enfermeras y de José Antonio. En la segunda audiencia la Fiscalía propuso la intervención de peritos internacionales para ayudar a identificar los cuerpos de las víctimas.
El equipo jurídico informó que las víctimas pudieron ser identificadas gracias al perfil genético de sus padres, que coincidió con la sangre encontrada donde hallaron los restos.
Sin embargo, se encuentran en un estado avanzado de incineración, lo que impide determinar la identidad de cada uno, por eso la Fiscalía del Estado solicitó al Juez, si es necesario, intervengan peritos internacionales, pues los especialistas locales ya agotaron sus procesos y no han determinado la identidad de las víctimas.
Una de las fiscales agregó que esto ha retrasado la entrega de los restos de las víctimas a sus familiares.