"  Sinaloa: Apagar el 'gasolinazo' ¿Reventar la lucha ciudadana?  "

En las horas previas a la marcha ciudadana del sábado 14 de enero en Culiacán, en las redes sociales incubó el huevo de la división. Alguien o algo metió a discusión el tema de los liderazgos, el oportunismo político, acusando que se ponía en riesgo la esencia cívica del movimiento contra el alza a la gasolina, conjetura que bien pudo apagar la chispa de la movilización, esa partícula de fuego insuficiente aún para encender a las masas.

Si durante décadas se ha construido la rebeldía ciudadana que ahora comienza ¿por qué la pretensión de desmoronarla con argumentos triviales?

El recuento de los agravios es al menos un arqueo pacífico aquí a pesar de que las embestidas del Gobierno contra los gobernados han traído, siempre, los diferentes tipos de violencia como agravante.

De pronto los ciudadanos nos reducimos en el desempeño como tales mientras el poder en sus diversas expresiones nos lee, letra a letra, el miedo a ir más allá de lo "normal".

En realidad, el apocamiento de los "líderes" que se deslindaron de la gente que "reventó" la sesión del Congreso del Estado el jueves 12 de enero fue el primer aviso de domesticación de la protesta.

La amenaza de desbandada en la movilización contra el "gasolinazo" surgió porque la coordinadora de esta decidió ir al Congreso del Estado en un día inhábil para el Legislativo.

De origen la reprimenda tenía razón porque era previsible que si los diputados no atienden a los manifestantes cuando los tienen enfrente, menos aquella tarde en la que estaban doblemente ociosos.

Y no se vale, menos cuando la ira se desahoga con civilidad. La gente está prendida con el asunto de los combustibles y unos manifestándose, otros viendo desde el balcón y los más con teclazos desde Facebook y Twitter, ofrecen los primeros asomos de una rebelión que asusta a los políticos.

Los gobernantes, principalmente los "representantes populares en Sinaloa", acuden espantados a ver los tenues barruntos de la probabilidad de que la sociedad se represente por sí misma, sin ellos.

Es absolutamente imposible despolitizar del todo la lucha de los sinaloenses por hacerse oír.

La política es el gen principal en el cromosoma de la indignación, pero al abominar a aquellos que ingenuamente empoderamos, de manera inconsciente nos detestamos a nosotros mismos. Los diputados están ahí, recordemos, porque nosotros los pusimos.

El problema entonces es que no poseemos liderazgos de fiar. Los que aparecen como miembros de la coordinadora del movimiento contra el "gasolinazo" son los mismos de siempre quizá porque no tenemos a otros, aunque se les vincule con partidos políticos, fobias y filias, oportunismos y traiciones.

Si apenas vamos rompiendo el cascarón de la apatía ¿por qué exigir guías intencionadamente puros?

Por fortuna, el sábado no empolló el huevo de la dispersión. Sin embargo sí constituyó el aviso de que es mejor ajustar las tuercas de intereses y protagonismos antes de que descarrile el primitivo despertar de los sinaloenses.

Si el gigante de la abulia vuelve a instalarse en el lecho cómodo que le proporciona el temor a perder los buenos modales, entonces habremos de dejarlo que hiberne en paz para siempre.

Re-verso

No te arrugues Sinaloa,

Que apenas empieza enero,

Si vas a querer barbacoa,

Haz que engorde el ternero.

Y lo que falta

Es crucial mantenernos integrados porque el siguiente motivo para marchar es la exigencia de una Fiscalía General de Sinaloa que sea autónoma, de los ciudadanos y para los ciudadanos.

alexsicairos@hotmail.com