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"Opinión"

"México-Trump: Salami o enchilada completa"

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    Conforme se acerca la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, se incrementan -supongo- las deliberaciones en múltiples capitales, palacios presidenciales y cancillerías en el mundo sobre las respuestas que habrá que darle. Me imagino que es el caso también en México, y que más allá del frenesí de reuniones y grupos de alto nivel y de reflexión, nuestras autoridades contemplen de frente las diversas disyuntivas ante las cuales se encuentran. Ya he hablado de varias; aquí me gustaría referirme a una, la que podríamos llamar de estrategia negociadora.
     
    Trump y los hechos han abierto cinco frentes acuciantes en la relación México-Estados Unidos. Son: el muro, las deportaciones, la reapertura del TLCAN, la legalización de la mariguana en California y el flujo de migrantes centroamericanos por México hacia EU. Los tres primeros provienen de la elección de Trump; el cuarto, de la votación en California, que vuelve absolutamente absurda la continuación de la guerra contra el narco. El quinto, a pesar del repunte del número de familias migrantes que llegan a México y a nuestra frontera norte, se remonta al verano de 2014 y a la petición que hizo Obama “como cuates” para que le ayudáramos. Conforman cinco temas aislados, o un paquete complejo e interesante.
     
    La tradición mexicana -no siempre consciente ni elaborada- ha sido que los temas de la agenda con Washington se negocian uno por uno, separadamente. Existieron excepciones, pero la inercia de la Cancillería, del priismo y del nacionalismo revolucionario ha sido esa. Se temió siempre que las dificultades en un frente contaminaran los demás; que nos convenía más mantener cada tema en su propio carril, y evitar cambalaches o “trade-offs” de uno por otro. Además, ésta nos permitía dejarle a cada quien su territorio: Hacienda viendo las finanzas, Economía el comercio, PGR las drogas, Gobernación la seguridad, SEDENA las armas, y Relaciones lo demás (poco). Tontos contentos y nadie coordinando el conjunto, salvo presidencia, cuando le alcanzaba.
     
    Hoy seguramente hay mucha gente en el Gobierno que comparten este punto de vista. Sería un error juntar a los centroamericanos con el comercio, la mariguana con los migrantes, y el muro con lo demás. Yo no lo creo. Al contrario, pienso que nos hallamos ante una oportunidad histórica de armar un paquete sofisticado y ambicioso, que nos permita defendernos mejor, ganar algunas posiciones, y robarnos la base con Trump. 
     
    Su equipo no va a saber desenredar el paquete más que con tiempo. No habrán definido qué es más importante, por ejemplo: limitar las exportaciones de México a EU, o reducir la migración de México a EU: metas contrapuestas. Tampoco se encontrarán en situación de resolver qué nos proponen dar a cambio de seguir sellando (con grandes filtraciones) la frontera sur, o de seguir desperdiciando recursos y vidas en la guerra contra los sembradíos, los tráileres y los túneles de mariguana.
     
    Obviamente esto ya se ha discutido a fondo en el grupo de funcionarios y amigos convocados por Peña Nieto para enfrentar la crisis de Trump, y obviamente ya existe una determinación al respecto. A reserva de escuchar muy pronto los argumentos que llevaron al equipo y al Presidente a una decisión u otra, me pronuncio contra la táctica del salami, y a favor de la enchilada completa. Cada quién su gastronomía.
     
    Twitter: @JorgeGCastaneda

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