"Gobernadores: corrupción al cielo y justicia al suelo"

Hace un par de semanas la PGR salió con la puntada -o confesión de incompetencia no lo sé- de publicar dos ofertas de recompensa para quien ayude a la captura de Javier Duarte y de Tomás Yarrington.

 

Los acuerdos publicados por la PGR en el Diario Oficial de la Federación y firmados por el Procurador dicen textualmente que requieren ayuda, pues no pueden solos. 

 

En un caso, incluso... dicen que no han podido localizar a Yarrington, a pesar del amplio despliegue de elementos de la Agencia de Investigación Criminal. 

 

Reconocer los límites y que las instituciones se vean fortalecidas por la cultura de denuncia ciudadana no tiene nada de malo. Pero que la PGR ofrezca 15 millones de pesos para localizar a un Gobernador con licencia que prácticamente anunció en cadena nacional que se escaparía y otros 15 por un ex Gobernador fugitivo que contaba con la custodia de policías estatales es algo de lo que uno podría reírse. 

 

El tema aquí son los antecedentes y el contexto. Y es que el rosario de escándalos de gobernadores es largo. Uno ya no sabe si acomodarlos por tipo de delitos, por orden cronológico o por orden alfabético. 

 

En los últimos seis años -sólo de 2010 a la fecha- se han iniciado procesos contra los siguientes ex gobernadores: -paciencia que la lista es larga-

 

Mario Villanueva, de Quintana Roo... que fue extraditado a Estados Unidos.

 

Pablo Salazar, de Chiapas... que estuvo preso 18 meses, se le acusó de siete delitos y fue liberado con sentencia absolutoria.

 

Narciso Agúndez, de Baja California... preso siete meses y libre después de una fianza de 30 mil pesos.

 

Luis Armando Reynoso, de Aguascalientes... detenido y liberado dos veces en México. Primero por peculado y después por defraudación fiscal. También tiene juicios de expropiación de bienes en Estados Unidos.

 

Jesús Reyna, de Michoacán... preso actualmente por delincuencia organizada y delitos contra la salud.

 

Andrés Granier, de Tabasco... preso actualmente, exonerado ya del delito de operaciones con recursos de procedencia ilícita, pero con procesos todavía por defraudación fiscal.

 

Jorge Torres López, de Coahuila... fugitivo de la DEA y no cualquiera, está en la lista de los más buscados.

 

Tomás Yarringon, de Tamaulipas... fugitivo de la DEA y de la PGR.

 

Eugenio Hernández, de Tamaulipas... fugitivo de la DEA.

 

Humberto Moreira, de Coahuila... detenido y liberado en España. Se le acusaba de blanqueo de capitales, entre otros delitos.

 

Rodrigo Medina, de Nuevo León... actualmente con un proceso en su contra por ejercicio indebido de funciones.

 

Guillermo Padrés, de Sonora... detenido y actualmente con un proceso en su contra por lavado de dinero y defraudación fiscal.

 

Javier Duarte, de Veracruz... fugitivo de la PGR que dice puede ser responsable de delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita.

 

Sabemos además que otros gobiernos entrantes han anunciado procesos contra ex gobernadores. En Quintana Roo, contra Beto Borge, en Durango contra Herrera y  en Chihuahua contra César Duarte. 

 

En la mayoría de ellos se acusa la participación de los propios familiares (y en muchos casos de sus propios hijos). En otros con la complicidad de sus funcionarios más cercanos.

 

Y así, con las cosas tan complicadas y delicadas como están... en la PGR andan buscando personas, y dando recompensas en lugar de investigar y desarticular redes. La oposición política anda usando mezquinamente el tema con intereses electorales, en lugar de ser contrapeso real en el Congreso.

 

O en el PRI -porque ha de saber usted que 12 de estos 16 casos son priistas- Enrique Ochoa anda con una comisión anticorrupción que no sólo es lenta, sino que empieza a ser cínica. Esta historia es la de la corrupción al cielo y la justicia por los suelos. Y es así, porque en el tema de corrupción, andamos matando a un Rinoceronte, pues, con un matamoscas.