"Dictadura sindical en STASE Va Heráldez por los 10 años"

Agazapado tras la vorágine de hechos políticos y de violencia que acaparan toda la atención en Sinaloa, el sueño reeleccionista de Armando Heráldez Machado espera a que el Sindicato de Trabajadores al Servicio del Estado publique la convocatoria para saltar a su tercer periodo como dirigente de los burócratas.

En este asedio continuista Heráldez va acompañado por la tentación de Mario López Valdez de mantener posiciones de control en el Gobierno, reminiscencia del inmenso poder que tuvo como Gobernador y que se resiste a dejar, operando inclusive para que la designación del Fiscal General del Estado recaiga en Martín Robles Armenta, uno de los suyos.

La convocatoria para renovar el comité directivo del STASE deberá publicarse el 27 de febrero, si es que Heráldez y el grupo que controla el sindicato lo permiten, siendo la voz de arranque para movilizar la estructura interna y consumar un segundo fraude, similar al de operó en mayo de 2014 para extender dos años el plazo que le correspondía llevar las riendas del sindicato.

En los próximos días los sinaloenses veremos emerger a un nuevo ejemplar de esa clase de personajes que se enquistan en algún poder y resulta difícil moverlos de ahí, al confundir liderazgo con jefatura de camarillas mafiosas y no ser capaces de distinguir entre vocación de servicio u oportunismo a ultranza.

La pregunta es qué ambición mueve a los líderes sindicales a eternizarse como tales. Más bien dicho, de qué material están hechos esos seres que en el tianguis de la ignominia trucan convicciones e ilusiones del sector que representan, a cambio de cargos que los seducen por el brillo del dinero y palmada del gobernante con propósitos de cooptación.

Es el mal de nuestro tiempo. Ahora mismo confirmamos que Malova se resiste a aceptar su condición de ex Gobernador y no puede ni quiere arrinconar la foto oficial como catarsis para cerrar el ciclo delirante de dominio y baile.  Insiste en poner a hombres de toda su confianza en cargos estratégicos, de igual forma en que dejó a Juan Pablo Yamuni Robles, Aarón Rivas Loaiza y Jesús Antonio Marcial Liparoli para que le cuiden la espalda en el Congreso.

Ahora va por el STASE a pesar de que las circunstancias se han colocado en contra del plan de Heráldez consistente en extender a diez años su reinado en el sindicato: los agremiados lo detestan de norte a sur del estado, ha desvirtuado tramposamente a su favor el estatuto y miente a las bases al afirmar que es Quirino Ordaz quien le pide que se reelija.

Habrá que ver la reacción de los estasistas. La posibilidad de triunfo de Heráldez se sustenta en que posee todos los recursos y controles sindicales para deslumbrar a los mismos que en 2011 lo nombraron su dirigente y en 2014 le ampliaron un bienio el periodo.

Y tiene a su favor a la mayoría de delegados que en asamblea bien podrían ceñirle la corona de la imposición que, con todo y las púas de la desfachatez, le vendría bien a él y a López Valdez

Re-verso

Con el STASE de escudo,

heráldica del impudor,

Tapar Heráldez no pudo,

Ni la cloaca ni el hedor.

El otro Heráldez

Estaba visto el riesgo de dejar en manos de Ambrocio Mojardín Heráldez el control del procedimiento para elegir a los cinco mejores aspirantes a Fiscal General del Estado, porque la confiabilidad en el proceso podría irse al caño por inexperiencia o consentimiento. Y sí. La opacidad en las comparecencias de ayer interpone un muro de desconfianza.