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"Opinión"

"‘¡Al bote, al bote!’"

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17/02/2017

    Joel Díaz Fonseca

    El malestar de la sociedad sinaloense por las desviaciones y uso indebido de recursos del presupuesto en la administración de Mario López Valdez sigue creciendo a medida que se van abriendo más alcantarillas de la enorme cloaca en que se convirtió el “gobierno del cambio”.
     
    Los comentarios de quienes han leído la información sobre las graves irregularidades en el gasto público, no solo de López Valdez sino de los alcaldes salientes, evidencian ese grave malestar ciudadano:
     
    “¿Y qué pasará??? Nadaaaaa!!!”. “¿Y su castigo será otro puesto público?”. “Y por qué no actúan? Un ciudadano de a pie ya estuviera en la cárcel”. “Pues al bote, ¿qué esperan?”.
     
    Otros comentarios:
     
    “Y de k sirve si no va a pasar nada”. “Rata”. “Al bote, al bote”. “No succionen, ¿o será que eso es lo único que les gusta? Detectan, encuentran ¿y eso de qué sirve? ¿Eso regresa el recurso? Insisto: ¡no succionen!”. “Así es Malova y todo su gabinete ratero, métanlos al bote. Pero claro, con dinero baila el perro, por k la autoridad también son unos muertos de hambre corruptos”. “Nada más pegó una resuradita para extender sus ferreterías por todo México”.
     
    Podría seguir transcribiendo más críticas, pero creo que con eso es suficiente para darnos cuenta del hartazgo de la sociedad sinaloense por la manera nada ética y totalmente cínica en que ha sido gobernado este estado desde hace muchos sexenios.
     
    Prácticamente todos los comentarios convergen en una sola idea, la certeza de que no va a pasar nada, de que quien despacha ahora en la oficina principal del tercer piso del Palacio de Gobierno no va a actuar contra su antecesor, porque no quiere pasar por lo mismo cuando acabe su sexenio de cuatro años y cacho.
     
    Pero llama la atención el comentario de quien se suscribe como Francisco Inzunza Inzunza:
     
    “La impunidad de los servidores públicos en el manejo de los recursos fiscales se sustenta en la ausencia de instituciones independientes que castiguen los actos de corrupción. Me explico: la Auditoría Superior de la Federación tiene un defecto de origen pues depende de la Cámara de Diputados, lo que le resta autonomía a sus funciones, esto es como encargar al Lobo Feroz la integridad de Caperucita Roja.
     
    “Segundo, la institución responsable de someter a la justicia a los responsables de los actos de corrupción, la PGR, depende del Presidente de la República, lo que da pie a un manejo político de la justicia. Asimismo, la normatividad del ejercicio de los recursos fiscales está diseñada para exentar de responsabilidad a los jefes mayores. (El gobernador y los presidentes municipales no firman nunca los contratos para la obra pública aunque seguramente les dictan órdenes al Secretario de Obras Públicas para elegir al constructor). Con esta estructura institucional difícilmente se puede combatir la cultura y práctica de la corrupción en el país, el esquema actual es tan efectivo como lo son los códigos de ética en la función pública, simples llamados a misa”.
     
    En concordancia con lo que expone el cibernauta Inzunza Inzunza me pregunto si el Gobernador Quirino Ordaz Coppel tiene realmente la intención de perseguir todo acto de corrupción, no solo de quienes se fueron, sino de quienes están ahora en el pandero, con un fiscal general designado por él mismo, aunque de manera disfrazada.
     
    No. Un compromiso real de combate a todo acto de corrupción debe empezar con fiscales, procuradores, o como quiera llamárseles, totalmente independientes; que no le deban el cargo a quien tendrían que investigar y perseguir primero, porque son los titulares del Poder Ejecutivo, en todos los niveles, quienes cometen las más grandes y más graves trapacerías, quienes saquean o dejan saquear el erario y se van tranquilamente a su casa a disfrutar de lo que se llevaron.
     
    Algunos ciberlectores demandan que le confisque la riqueza mal habida a todo funcionario público al que se le compruebe que hizo mal uso de los recursos públicos, puestos a su disposición no para que se los embolsaran o compraran con ellos mansiones y terrenos para su propio usufructo, sino para sacar adelantes obras y programas en beneficio de la sociedad.
     
    Irrita tan solo pensar en cómo se deben estar riendo todos esos que dejaron las arcas del Estado y de los municipios totalmente vacías, viendo cómo los que ahora gobiernan tienen que hacer malabares para encontrar la forma de pagar sueldos, mantener en operación todos los servicios públicos y realizar obras.
     
    Ocurren casos como el del Ayuntamiento de Mazatlán, que hallándose sin dinero, utilizó para el pago de sueldos los recursos aportados por la sociedad en un radiotón, recursos destinados para la compra e instalación de “plumas” en los cruces de vía en la zona urbana y suburbana.
     
    Cierto. La situación económica del Ayuntamiento sigue siendo difícil, pero que no olvide el Alcalde que esos recursos los tiene que reponer, son aportes de la sociedad para una obra urgente, como urgente es que se castigue a quienes dejaron a los gobiernos estatal y municipales en la calle.
     
     

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