Mucho se ha hablado del rezago que se tiene en México sobre la impartición de justicia y algo de razón hay en esa afirmación. En el País, hay muchos procesos pendientes de concluir y hay algunos que ni siquiera han iniciado.
En las cárceles, al menos en el caso de Sinaloa, por poner un ejemplo, más de un tercio de los presos están privados de su libertad sin haber recibido aún sentencia.
Y se habla también de cómo la reforma judicial con la implementación del sistema de justicia penal acusatorio la carga de trabajo se ha incrementado sobre los impartidores de justicia, y también eso es verdad.
Pero hay también un eslabón pendiente que requiere afinación y que se habla menos cuando se trata de la justicia y de las sanciones contra quienes delinquen: el de la procuración de justicia.
Ha habido casos sobre los que se ha prestado mucha atención, sobre todo mediática, que con el paso del tiempo, terminan con una exoneración de un juez porque la Fiscalía en turno no ha sido capaz de armar un expediente contundente con la acusación.
Y es ahí también donde está una de las fallas relacionadas con el rezago que el País y Sinaloa tiene en el tema de la impartición de justicia.
Y no tener investigaciones contundentes y no llegar al punto de que los juicios terminen con sentencias, como es de esperarse, eso tiene una alta incidencia en las condiciones de inseguridad que se registra en el País.
La impunidad es una de las principales características de los delitos que se cometen en México y con un sistema judicial débil, hace que esa condición siga ensanchándose.
Hay muchas tareas pendientes por resolver en el tema de inseguridad, de violencia, de investigación, de expedientes y de impartición de justicia que deberán resolverse y en donde quienes tienen poder decisión deben prestar atención.
Si sigue siendo una asignatura secundaria, como hasta ahora, la justicia, la paz y la seguridad, seguirá quedando a deber al País.
Suscríbete y ayudanos a seguir
formando ciudadanos.
