Los ciudadanos tienen certeza que las elecciones del 2 de junio van a transcurrir de manera tranquila. Está garantizada la limpieza de la elección, en ese punto los ciudadanos están convencidos que la elección se convertirá en una gran fiesta democrática.

    Los ciudadanos de este País tienen la certeza de que las furibundas campañas mediáticas que desataron los prianistas contra el Presidente, Andrés Manuel López Obrador, que por cierto han costado muchísimo dinero, no han hecho mella en el ánimo del pueblo. Éste está muy despierto y con mucha claridad sobre el origen de los dolores sociales. El Gobierno, en la actualidad, ha encontrado la forma de irlos remontando y, además, ha encauzado la economía por la senda de un desarrollo sostenido con bienestar. Esto molesta a los conservadores, cuando deberían celebrarlo, junto con los demás sectores sociales que se muestran contentos y de buen ánimo con la marcha del País.

    Lo hemos dicho y lo reiteramos: en el presente sexenio se han sentado las bases para dar el salto cualitativo en el desarrollo de la economía, con bases sólidas, nada de elucubraciones, todo con datos claros que dan certeza a la sociedad. Existen muchos factores que indican lo acertado del modelo económico que el gobierno de la cuarta transformación viene aplicando. Toda marcha sobre rieles, sin que a lo largo del sexenio se hayan presentado crisis insalvables. La estrategia, diseñada desde el inicio del gobierno de la cuarta transformación ha tenido logros y sembrado obras y programas de gran trascendencia. Aun teniendo enfrente la gritería de los intelectuales orgánicos al servicio de los conservadores, esas orquestadas campañas no han tenido eco y sus pronósticos catastrofistas se han estrellado frente a la realidad que impera en México.

    Entonces, los ciudadanos confían plenamente en el plan de desarrollo que el actual gobierno viene aplicando con resultados positivos. La sociedad ve con entusiasmo las megaobras y los programas de bienestar que se vienen impulsando, seguros que les espera un promisorio futuro, de eso están plenamente convencidos; no ven ningún presagio negativo que incida en la marcha ascendente del desarrollo de la economía nacional, que cuenta con incontables recursos naturales. Pese al saqueo que sufrió esta Nación durante el periodo neoliberal, donde se entregaron a particulares bienes nacionales sin ningún recato, como confeti de feria, hoy México, gracias al esfuerzo de su pueblo, ha comenzado un ascenso sin precedentes.

    Nuestro País, como se ha dicho, es uno de los países con más recursos naturales a nivel mundial. Por eso, pese a los malos gobiernos padecidos durante largos años, México cuenta con recursos suficientes para su despegue económico. Con buenos gobiernos como el actual, se asegura que su desarrollo siga siendo ascendente, ya que se cuidan no sólo los fríos números macroeconómicos, sino el bienestar del pueblo. Existen las condiciones objetivas para lograr ese salto de calidad en nuestra economía y esto hace que estemos viviendo un momento histórico.

    Con base en lo anterior, la ciudadanía se encuentra optimista, porque prevé un futuro lleno de buenas nuevas, superando parámetros fuera del subdesarrollo, gracias a la actividad de nuestro laborioso pueblo. En el corto tiempo, nuestro País va a trascender su estatus social y va a ingresar, por derecho propio, al concierto de las naciones más desarrolladas del mundo. Hacia allá marcha, con pasos firmes, esta gran nación.

    Es cuestión de valorar objetivamente lo realizado en el actual sexenio. Esta predicción la planteamos con pleno convencimiento y a partir de datos objetivos. Lo alcanzado durante este sexenio es de gran importancia y contrasta, con mucho, con la economía que padecimos en el pasado próximo. Con el modelo neoliberal era imposible pensar en cualquier despegue como nación, porque las élites subordinaban todo a la ganancia de los grandes capitales nacionales y extranjeros. Ahora nuestra economía se ha vuelto emergente, más cuando las economías hegemónicas están entrando en una crisis sin retorno. Esto nuestro País lo puede aprovechar para dar un salto cuantitativo y consolidar su modelo de desarrollo con bienestar social.

    Volviendo al asunto que ocupa en gran medida la atención ciudadana, las campañas políticas se encuentran en su etapa más alta. Las encuestas muestran que, a estas alturas, los electores ya decidieron por quién sufragar el 2 de junio próximo. Eso se ve a leguas, tomando en cuenta el ánimo cívico de los ciudadanos. No es necesario ser vidente para percibir hacia dónde se va a inclinar la balanza, por eso la alegría campea entre los ciudadanos que impondrán su voluntad y veredicto.

    Los ciudadanos tienen certeza que las elecciones del 2 de junio van a transcurrir de manera tranquila. Está garantizada la limpieza de la elección, en ese punto los ciudadanos están convencidos que la elección se convertirá en una gran fiesta democrática.

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    lqteran@yahoo.com.mx

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